Un perro salva la vida de un hombre en Huétor Tájar: «Cuando lo oímos ladrar se nos encogió el corazón»

‘Dion’, una hembra de pastor belga de la Guardia Civil, lo encontró en un maizal donde llevaba 24 horas inconsciente
26.08.10 – 01:44 – NOELIA S. LORCA | GRANADA.

‘Dion’ salvó ayer la vida de Manuel. Hizo su trabajo a la perfección, como le enseñaron sus guías, agentes de la Guardia Civil. Esta hembra de pastor belga aguzó el olfato y descubrió el paradero de Manuel Cuberos Ramos, un vecino de 83 años de Huétor Tájar al que su familia llevaba buscando 24 horas con gran preocupación.
El hombre, que sufre diabetes, había salido de su casa el martes para dar su paseo diario hasta el Hogar del Pensionista de la localidad. Tenía previsto regresar para comer a las dos del mediodía y al no aparecer, sus hijos comenzaron a buscarlo. Rastrearon todo el perímetro cercano a la vivienda sin éxito, y ya en la tarde del martes se decidieron a denunciar la desaparición.
El dispositivo de búsqueda comenzó en la misma tarde del martes pero concluyó sin éxito. El miércoles por la mañana, cuando reanudaron las tareas, el equipo incluyó a tres perros del servicio cinológico de la Guardia Civil, acompañados de dos de sus guías. Voluntarios de Protección Civil y los familiares de Manuel también siguieron incansables con la búsqueda, que comenzó a las ocho de la mañana.
Los guías y los perros comenzaron en la vivienda del hombre y fueron ampliando el radio de acción, hasta llegar al paraje de Viñas Viejas, a unos tres kilómetros de la localidad. En esa zona, el can comenzó a deambular entre esparraguerras y maizales.
Y ladró
A las 10.50 horas de la mañana, ‘Dion’ ladró. Manuel, uno de los hijos del desaparecido, recuerda aquel ladrido con una inmensa alegría. «Cuando oímos al perro ladrar se nos encogió el corazón. Mi padre estaba vivo, pero no era consciente de nada de lo que había ocurrido. Le dije papá, ¿qué haces aquí?, y él me respondió, ‘durmiendo, que tu madre no me ha querido arropar’».
El guía del perro fue el primero en acercarse a Manuel, al que encontró tumbado en mitad de un maizal, semiinconsciente. El agente lo sentó, lo tranquilizó y le dio un poco de agua. Y le dijo que no tenía que preocuparse por el perro, ya que el parecer el ladrido le había asustado un poco.
Manuel, el hijo, relataba que «todavía se encontraba aturdido a causa de la microtrombosis que sufrió en el momento del golpe» y que, como han desvelado los análisis médicos a los que ha sido sometido, ha sido el principal desencadenante de esta situación.
Manuel, que presenció el trabajo del can -adiestrado en el rastreo de personas- relataba impresionado que «con tan sólo un pequeño silbido el perro sabía donde tenía que buscar y de dónde no debía alejarse».
Pese al mal trago que ha pasado la familia, todo quedará como una mera anécdota con final feliz, en la que este pastor belga tendrá siempre reservada una parte importante. Así, han querido agradecer a la Guardia Civil la ayuda y la labor que ha llevado a cabo. «Sobre todo, por haber utilizado los perros rastreadores que, después de 24 horas han sido los que localizaron a nuestro padre», señaló Encarnación, otra de las hijas del desaparecido.
Recordaba su hija que en la zona en la que apareció el hombre ya habían estado antes. Se esforzaron en llamarlo a voces, pero Manuel no podía contestar porque estaba inconsciente por esa microtrombosis que le provocó el desvanecimiento. Afortunadamente, el olfato de ‘Dion’ permitió encontrarlo con rapidez, ya que las altísimas temperaturas podían haber agravado seriamente su salud.

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