El que fuera obispo de Guadix, el almeriense D. Fco. Alejandro Bocanegra y Jivaja, siendo arzobispo de Santiago de Compostela, escribe una carta al Deán y Cabildo de la catedral de Guadix en la que relata la romería que realizó al monasterio de Celanova para ver, adorar y rezar ante las reliquias de S. Torcuato de las que se llevó un dedo que puso en su oratorio privado. Año 1776

D. Francisco Alejandro Bocanegra y Givaja rigió la diócesis de Guadix desde 1758 hasta 1773 en que fue nombrado como arzobispo de Santiago de Compostela. Tres años antes de su muerte escribió la siguiente carta al Ilmo. Sr. Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Apostólica catedral de Guadix:

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