Abla

Año 1568 | Vecinos del cortijo de Alamedilla fueron cautivados por los moriscos, mientras labraban las tierras de D. Pedro de la Cueva y Benavides, y llevados a Argel desde donde escribieron cartas para que pagaran su rescate.

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Archivo diocesano Guadix

El día de Nochebuena de 1568 se inició la sublevación de los moriscos en La Alpujarra extendiéndose pronto por todo el reino de Granada, incluyendo los pueblos y villas de la diócesis de Guadix. El 27 de diciembre se sublevaron Abla y Abrucena y en enero de 1569 el Marquesado del Cenete. De aquí se … Leer más

Cursos de Iniciación a la Agricultura Ecológica para hortalizas al aire libre

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Cursos de Iniciación a la Agricultura Ecológica para hortalizas al aire libre

Cursos de Iniciación a la Agricultura Ecológica para hortalizas al aire libre   El lunes 10 de septiembre se inauguraba el primero de los cursos «Iniciación a la Agricultura Ecológica para hortalizas al aire libre», impartido por Encarna Samblas, y que se van a desarrollar entre Abla y Guadix, organizados por el IFAPA.   Inauguración … Leer más

Denuncia del Fiscal Eclesiástico del obispado de Guadix contra los Beneficiados, justicias y alcaldes del Marquesado del Cenete y de Fiñana por permitir que se hicieran representaciones y comedias en las iglesias contraviniendo los decretos, sacros cánones y constituciones del Obispado. Año 1603

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Desde antiguo la Iglesia católica, como un recurso didáctico-pastoral, hacía representaciones de temas bíblicos dentro de las iglesias. Con el paso del tiempo la temática fue evolucionando de lo religioso a lo profano por lo que dejó de representarse en el templo para pasar al claustro, después al atrio y por último

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Denuncia contra el Hermano Mayor de la cofradía del Niño Perdido del convento de S. Francisco de Guadix, por escándalo y pendencia en la iglesia. Año 1606

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La historia de la devoción al Dulce Nombre de Jesús proviene de 1274 cuando el Pontífice Gregorio X dictó una Bula encaminada a desagraviar los insultos que se manifestaban contra el Nombre de Jesús. Las órdenes de dominicos y franciscanos fueron las encargadas de custodiar y extender dicha devoción por toda Europa. En carta del Papa escrita a Juan de Vercelli, entonces Superior General de los Dominicos, declaraba: «Nos, hemos prescrito a los fieles… reverenciar de una manera particular ese Nombre que está por encima de todos los nombres…». Se decía que el Nombre de Jesús estaba en la boca de S. Francisco «como la miel en el panal» y él mismo escribió: «ningún hombre es digno de decir Tu Nombre». S. Bernardo escribió sermones enteros sobre el Nombre de Jesús y dijo: «Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, un canto de delicia en el corazón». S. Buenaventura exclamaba: «Oh, alma, si escribes, lees, enseñas, o haces cualquier otra cosa, que nada tenga sabor alguno para ti, que nada te agrade excepto el Nombre de Jesús».

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