Sólo han pasado siete meses y Mons. Ginés García, obispo de Guadix, ya ha celebrado sus primeras ordenaciones sacerdotales en la diócesis accitana. Valeriano Plaza y Pablo Rodríguez son los dos diáconos que el pasado 2 de octubre, en una espléndida celebración en la catedral, recibieron el Orden del Presbiterado para ser sacerdotes en la iglesia. La catedral estaba a rebosar, llena de fieles venidos de los pueblos de los ordenandos –Guadix y Granada- y de las parroquias donde han desempeñado su ministerio diaconal en el último año: Santo Ángel, de Baza, y la parroquia de La Peza. También había muchos sacerdotes de la diócesis de Guadix y de la archidiócesis de Granada, que quisieron acompañar a Valeriano y Pablo en este día tan especial para ellos y para la iglesia.
Mons. Ginés García habló durante la homilía del ministerio al que se entregan los ordenandos y de las responsabilidades que asumen. “El pastor al estilo de Cristo, ha de ser modelo del rebaño. Las virtudes de un sacerdote son un ejemplo para el pueblo; los pecados, motivos de perdición. El pueblo quiere y necesita sacerdotes santos; un sacerdote no se puede conformar con menos de aspirar a ser santo” dijo Monseñor en una homilía en la que también se refirió a los jóvenes y a la vocación: “sí, mis queridos jóvenes, Dios sigue llamando; no tienes más que entrar dentro de ti, hacer silencio en tu corazón y reconocer la voz de Dios que te llama; no hagas ruido, no te hagas el sordo, no vuelvas la cabeza porque en la respuesta a esa llamada está tu felicidad para siempre”.
Al terminar la celebración, Mons. Ginés García comunicó el destino de los nuevos sacerdotes: Valeriano fue destinado a Huéscar y Pablo a la parroquia Mayor de Baza.
Sin duda que el 2 de octubre se vivió un día de alegría en la iglesia diocesana de Guadix. Dos nuevos sacerdotes rejuvenecen la iglesia accitana, al tiempo que expresan la vitalidad de las comunidades cristianas de donde han salido estos dos jóvenes. Y, por supuesto, también fue un día de alegría para el obispo accitano, que ordenó por primera vez a dos sacerdotes, después de que fuese consagrado obispo el pasado 27 de febrero.
Antonio Gómez