La cita es como siempre a las ocho de la tarde en el patio del Ayuntamiento
Mauricio Gil Cano ofrecerá este viernes una lectura poética de su obra en el marco del Aula Abentofail de Poesía y Pensamiento, dirigida por Antonio Enrique y organizada desde el área de Cultura del consistorio accitano. Se trata de la sesión correspondiente al mes de noviembre, que como siempre se celebra el último viernes del mes a partir de las ocho de la tarde en el patio del Ayuntamiento con acceso libre para todo el que desee asistir. La de este viernes constituye la cita número noventa y nueve del Aula, que se prepara ya para celebrar de forma especial su cita número cien.
Más datos sobre Mauricio Gil Cano
De Jerez de la Frontera, nacido en 1964, se licenció, de joven, en Historia de América por la Universidad de Sevilla, y saltó pronto a la palestra literaria con el libro 19 sonetos y un canto a Venecia, al que siguió A dos poetas suicidas (de 1997, ambos). Un sentimiento de marginalidad, unido al culto por el malditismo, en la conciencia de que la poesía pertenece a un mundo agónico, preside la obra de este poeta singular, que se rebela contra la devastación del tiempo mediante la intensidad emocional, tocada, por ello mismo, de una peculiar melancolía (tal vez la “dulzura inacabable” que en su obra apreció Pilar Paz Pasamar).
De 1999 es Animal o dios, y de 2006, Declaración de un vencido, libro de poemas “en que –señala Ana Sofía Pérez-Bustamante-, renovando la gran tradición modernista, ofrece con todo rigor la plenitud de su madurez poética”. Asimismo autor del libro Cuentos con alcohol (2002), se le deben innumerables trabajos de crítica e investigación, como Benditos poetas malditos de Colombia, siendo de destacar su labor acerca de escritores perdidos u olvidados (como Francisco Burgos Lecea, 1898-1953). A este respecto de divulgación cultural, hacer presente que dirigió el suplemento literario Azul (del jerezano Periódico del Guadalete) y la revista dominical de Publicaciones del Sur. “La brevedad de la vida y la vanidad del mundo, el amor y la muerte, la aventura y el placer como dioses cotidianos” constituyen otros tantos rasgos de su obra poética, según ha sabido ver el también poeta gaditano Juan José Téllez.
Un poema de Mauricio Gil Cano
VIGILIA
¿Por qué escribo estos versos en la noche?
¿A qué lector dirijo mis palabras
o quién alienta el ritmo de las sílabas?
¿Y qué pretende un verso si se escribe?
¿O somos algo más que este poema,
un puñado de viento o de ceniza,
grafías en la arena del desierto?
Si el texto significa, ¿habrá quien lo interprete?
Más bien justificamos nuestra vida,
el estéril destino del que escribe.
Dejamos testimonio de un absurdo,
de un dolor, de un vacío,
de la ausencia que somos cada uno.
Dejamos testimonio de la nada,
que es la esencia de todo,
con el más alto don del hombre: la palabra.
De Declaración de un vencido, pág. 41