Se quedó sin licencia jubilar porque, según el Arzobispado, «esto no es una pista de atletismo»
RAQUEL QUINTEIRO SANTIAGO
Jesús Alcalá Sierra, natural de Guadix -Granada- tiene algo que denunciar. Aficionado al deporte, aunque profesor de música, participa desde hace años en la conocida carrera de los 101 km de Ronda, que, según él, ha recorrido ya tres veces marcando un tiempo récord de 13 horas y media en una de las maratones.
Amante de la naturaleza, del senderismo y simplemente porque a Jesús le gusta correr, se decidió en sus últimas vacaciones por realizar el Camino de Santiago desde Sarria como en él suele ser sana costumbre: corriendo. Ya en el año 1999 peregrinó a Compostela en bicicleta. Esta vez, ilusionado. se decició por la maratón. Salió de Sarria el 28 de julio a las cinco de la madrugada. Llegó a Santiago alrededor de las diez de la noche del mismo día. Total: 16 horas con 20 minutos corriendo, solo y de noche.
Descansado ya en Santiago, Jesús esperó al día siguiente, 29, para acudir a la Oficina del Peregrino a recoger su merecida compostela, que se habría ganado no sólo por es esfuerzo físico, absolutamente colosal, sino porque además peregrinó a Santiago por motivos religiosos. ¡Cuál fue su sorpresa al denegársele la compostela y las oportunas prebendas jubilares? Absoluta indignación.
En las bases y requisitos que la Oficina del Peregrino publica en su web www.peregrinossantiago.org, se especifica que el peregrino ha de llegar a Compostela para ganar la licencia jubilar bien en bicicleta, a caballo o a pie. Aquí es donde encontramos el vacío. A pie, caminando, sí. A pie, corriendo, no. ¿Por qué? Según fuentes consultadas por este diario en la Oficina del Peregrino, se trata de «evitar trivializar -el Camino- hasta el punto de convertirlo en competición deportiva; esto no es una pista de atletismo, e independientemente de la fuerza física de esta persona, y aún reconociendo el esfuerzo, no queremos que esto cunda como ejemplo». Así que nada…