Los 10.000 días sin ‘chacachá’

Ferrmed, el lobby para el desarrollo del corredor mediterráneo, pretende la reapertura de la línea para conectar de forma más directa Andalucía con el Levante y Europa
23.05.12 – 01:53 –

La estación de Purchena es a día de hoy un restaurante. La de Serón, lo será también en breve. La de Cantoria es la sede del Proder. Y la de Albox (en la pedanía cantoriana de Almanzora), sede de una asociación de mayores. Mientras tanto, la planicie sobre la que descansaban los raíles y las traviesas que permitían circular a los trenes entre el Levante peninsular y el resto de Andalucía, será en breves fechas una vía verde que enlace toda la comarca del Almanzora, la más industrializada de la provincia y una de las más pobladas junto a las del Área Metropolitana y el Poniente. Sus esqueletos, ya sea con usos alternativos, o simple y llanamente cerradas a cal y canto, y los topónimos populares, son el único recuerdo que queda de lo que, hace más de 27 años, eran las estaciones almerienses de la línea Guadix-Almendricos.
Este fin de semana, la línea cumplía 10.000 días sin ver pasar ni un solo tren, desde que aquel 31 de diciembre de 1984, cuando el último TER (Tren Español Rápido) circulaba sobre las vías almerienses y granadinas. «La linea férrea Guadix-Almendricos ha quedado cerrada con el último día del año. Los bastetanos, en un último acto de protesta, cortaron la vía férrea cuando iba a pasar el ‘Ter’», informaba la primera edición del año de IDEAL en 1985, ya con las estaciones cerradas y la línea sin uso. Baza, Tíjola, Purchena, Serón, Fines, Olula, Cantoria, Partaloa, Albox, Arboleas, Zurgena, Huércal-Overa… veían pasar el último tren contando los días para verlo reaparecer. Justo en 1985, el año en el que la línea cumplía su centenario, el de un tren en el que habían emigrado miles de almerienses y que les permitía volver de vacaciones a su tierra almeriense.
En esos 10.000 días han sido múltiples las iniciativas surgidas para la reapertura de la única conexión ferroviaria que ha existido entre Andalucía y el Levante. En 2000, por ejemplo, se planteaba la posibilidad de abrir un primer ramal al tránsito, entre Almendricos y Huércal-Overa. También en el Parlamento de Andalucía se reabre, de forma cíclica, el debate sobre la necesidad -o no- de su reapertura, sin que en ningún caso se haya planteado el proyecto de forma concienzuda.
La última de las propuestas de reapertura surgía hace poco más de un mes. Ferrmed, las confederaciones de empresarios de Granada y Almería; la Autoridad Portuaria de Cartagena, las Cámaras de Comercio de Granada y Almería; Bienvenido Cayuela, de la Asociación de Empresarios del Mármol, los sindicatos UGT y CC OO y los ayuntamientos de Huéscar, Freila, Zújar, Benamaurel, Baza y Serón -entre otros- firmaban la ‘Carta de Baza’, un documento de intenciones que reclamaba recuperar la conexión ferroviaria de la cuenca del Almanzora.
Joan Amorós, secretario general del lobby Ferrmed, afirmaba entonces que el coste de la reapertura de la línea -ligada al proyecto de Corredor Mediterráneo- sería de 1.080 millones de euros. El tramo aprovecharía parte del trazado antiguo con zonas de nuevo trazado. En total sería necesaria la construcción de cuatro túneles y catorce puentes. Y un dato muy importante, indicó: la línea, según todos los estudios, es rentable. En las comarcas por las que pasa residen 360.000 habitantes, el 15% de la población andaluza. Y es una de las zonas más industrializadas de Andalucía.
Al cumplir los 10.000 días sin el ‘chacachá’ por el Almanzora, la Plataforma por Andalucía Oriental ha vuelto a reclamar una apertura sobre la que la crisis económica sobrevuela como pretexto ineludible de duda y negativismo.

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