El guardia civil atropellado en Baza salvó la vida a un hombre hace un mes

David, de 41 años y padre de dos hijos, estaba cortando el tráfico de la A-92 porque sus compañeros habían detectado un Mercedes a 200 kilómetros por hora
02.11.10 – 01:02 – M. V. C. | GRANADA.

La Guardia Civil de Granada despedía ayer a Carlos David Lapaz Ruiz, que murió el domingo tras ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. David, de 41 años y padre de dos hijos, estaba cortando el tráfico de la A-92, a la altura del kilómetro 38, porque sus compañeros de Guadix habían detectado un turismo de la marca Mercedes circulando a 200 kilómetros por hora. Pero al conductor de aquel coche de matrícula francesa, poco le importó que ya hubiera coches parados en la calzada cuando llegó al control. Los fue sorteando como pudo, hasta que esquivó a un camión, arrolló a David y pisó el acelerador para darse a la fuga en el turismo, en el que llevaba doscientos kilos de hachís.
Desde entonces le buscan los agentes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, que trabajan con la hipótesis de que el conductor fuera un narcotraficante extranjero que había recogido la droga en el litoral y pretendía distribuirla por Europa.
Mientras los agentes de uno y otro cuerpo dedicaban la jornada de ayer a buscar al conductor homicida, otros muchos daban su último adiós a David, nacido en Córdoba pero residente en Purchil. Por la capilla ardiente pasaron representantes de todos los cuerpos policiales y también de diversas instituciones. En el acto militar previo al sepelio, se le concedió la cruz al mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo.
Y por lo que contaban ayer los compañeros del agente, David bien se merecía ese distintiivo por su entrega diaria al cuerpo.
Entre ellos estaba en la memoria una intervención de hace apenas unas semanas.
David estaba junto a otros compañeros en el área de servicio de El Romeral, en la A-92, cuando un autobús en el que viajaba un equipo de fútbol de chavales hizo una parada. El padre de uno de los jugadores había sufrido un infarto. El guardia civil no dudó en hacerle un masaje cardiaco que logró reanimar al hombre, devolverle la vida. No hizo más que cumplir con la vocación que le había llevado al cuerpo.
La misma vocación que no le hizo dudar un segundo el domingo cuando instalaron el control en la A-92 en el que perdíó la vida.

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