El error produce horror por D. Manuel Amezcua

El error produce horror por D. Manuel Amezcua

No pretendo ser profundo, ni intenso, ni siquiera extenso.

Hay otros que están haciendo todo eso mucho mejor que yo… pero sí deseo echar un pequeño cuarto a espadas respecto de la nueva ley de educación.

Vaya por delante que en el argumentario respecto de la crisis de natalidad, siempre suele escucharse aquel lamento terriblemente hipócrita y materialista: “¡Si no hay niños, ¿quién nos pagará las pensiones?!”.

Ya es triste que la primera utilidad de los niños sea asegurar la paga de los viejos…

Pues bien, respecto de la ley CELA y sus repercusiones en Guadix, me van a permitir que ¡sólo simbólicamente y para hacerme entender!, utilice un argumento exacta y puntualmente igual de materialista: convoco al sufrido lector a considerar lo que será Guadix sin la Infantita, la Presentación, el Padre Poveda o la Asociación San José y sus entidades filiales…

La Iglesia, es por medio de estos centros y de otros bastantes, la primera gran empresa de la ciudad, pues nadie genera tantos sueldos mensuales y tantas afiliaciones a Seguridad Social.

Un Guadix con mil puestos de trabajo menos, no es ya para apagar e irnos, sino para dejar las luces encendidas en la certeza de que no habrá quien las pague… ni apague.

El argumentario esencial contra la tiranía, absolutamente falta de diálogo social y político, es todo el noble núcleo de defensas de la libertad que pueden y deben ejercerse.

Así como un niño es infinitamente más que un futuro “paga pensiones”, la libertad, la capacidad de elección, el cuidado de los débiles, la sustentación de los valores religiosos, o la vertebración del castellano como uno de los tesoros más preciados, son otras tantas columnas que pueden sostener el grito de libertad de nuestra sociedad.

Pero en Guadix podemos añadir uno más: si ausentamos el montante laboral que supone la escuela concertada, destruimos el carácter cívico de esta urbe y la reducimos definitivamente a un poblachón ruinoso.

La manifestación rodada que tuvo lugar ayer mismo, es un signo y un testimonio de nuestras ansias de libertad.

Quien no quiera verlo que mire para otro lado, a ver si se encuentra con el argumentario inexistente de la ministra Cela, cuyas razones equivalen al espacio vacío tridimensional.

D. Manuel Amezcua

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