Rosario de la Cruz Casas
Muchos años hace ya
aunque parezca que no
que llegó a nuestra ciudad
un hombre: Don Carlos Ros.
Era de gran sencillez
y de mirada tranquila;
a partir de ese momento
Guadix tuvo más vida.
En la escuela con sus niños
pronto empezó a trabajar
y a cumplir con su tarea
en la hermosa catedral.
En su corazón traía
sonidos por revelar
y la música asomaba
por su alma de cristal.
Trabajó entre partituras,
su buen hacer asombraba
entre tonos, tesituras,
notas redondas y blancas.
Y formó la Escolanía
que con sus blancas sotanas
cantando en cualquier evento
a todos emocionaba
cuando el órgano al sonar
la catedral atronaba.
Aquel director de coro
con esfuerzo y tesón
no sólo formó cantores
pues también les ayudó:
en su vida y sus estudios
como hijos los trató.
Y aquellos niños de antaño
ahora hombres ya formados
recuerdan con añoranza
sus años como escolanos,
pues la música fue su infancia,
la música formó sus vidas,
ahora son ellos el relevo
de aquel su maestro y guía,
aquel hombre por el cual
nació nuestra Escolanía.
Aún recuerdo cuando en clase
casi apenas nos miraba
pues en su timidez envuelto
siempre se ruborizaba.
Recuerdo también sus visitas
cada día de la semana
a rezar a la Patrona
a la que él veneraba.
Y recuerdo cuando oía
el fruto de aquel esfuerzo
de tanto ensayo y trabajo
en una misa o concierto:
las lágrimas de emoción
brotaban sin gran esfuerzo
y al escuchar el “Aleluya”
se nos erizaba el vello.
Misas de Pontifical,
bodas y misas del gallo,
ver a los Seises bailar
y siempre por navidad
sus villancicos sonando;
aunque ya nunca será
como en los tiempos pasados
cuando al salir por la calle
oía a los escolanos
que cantaban villancicos
pidiendo el aguinaldo;
ya nunca habrá navidad
tan completa sin su canto.
Horas de intenso trabajo,
horas de callado esfuerzo,
tristeza de incomprensiones,
canciones hechas silencio.
Muchos años hace ya
aunque parezca que no
en la ciudad de Guadix
comenzó una tradición
que siempre estará entre nosotros
igual que Don Carlos Ros.
Rosario de la Cruz Casas
Una gran obra de formadores de hombres con su esfuerzo y entrega más absoluta . Nunca le estará suficientemente reconocido por la ciudad de Guadix ,
Los que fuimos consecuencia de sus enseñanzas , de su manera limpia de afrontar los problemas y la vida , nos ha dejado una huella imborrable .