El agresor, un alemán de 59 años, atacó a la víctima, un belga de 86 que había sido su jefe, «por la espalda, con una barra de hierro»
05.10.10 – 02:14 – JUAN MANUEL DE HARO | ALMUÑÉCAR.
La titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Almuñécar ordenó ayer prisión preventiva para Gunter V. F., de 59 años de edad y nacionalidad alemana, por un presunto delito de asesinato, tras agredir de muerte a Henri, ex propietario del Camping El Pozuelo de Almuñécar, de 86 años de edad. Los hechos tuvieron lugar en el jardín de la casa de Henri, donde supuestamente Gunter le golpeó con una barra de hierro provocando su fallecimiento.
Detrás de este suceso hay una larga historia ya que víctima y agresor se conocían desde hace bastantes años. Henri, de origen belga, llevaba afincado en el municipio sexitano más de medio siglo, fue propietario del antiguo camping El Pozuelo -cuya parcela ocupa ahora el hotel Bahía Tropical- en el que tenía empleado a Gunter. Cuando Henri cerró las instalaciones acogió a su compañero alemán en el jardín de su casa, en una autocaravana, y le ofreció una remuneración a cambio de realizar algunas tareas como el cuidado de los pájaros, ya que Henri tenía una colección de loros guacamayos.
Gunter ocupó el jardín de Henri hace ya una década y fue hace cuatro años cuando el belga decidió retirarle la asignación, que Gunter no trabajara más para él y que abandonara la propiedad, según cuenta la viuda del fallecido.
«Hace cuatro años dejó de trabajar para nosotros. Durante todo este tiempo se han producido continuas amenazas cada vez que le pedíamos que abandonara la casa. La situación, después de muchas denuncias sin que nos hicieran caso, llegó a tal situación que hace quince días la jueza nos escuchó y aprobó la orden de alejamiento, que por cierto, he recibido hoy (por ayer). Por ello, digo que esto es un asesinato que ya se sabía de antemano que iba a ocurrir», señaló Carmen la viuda de Henri. El matrimonio denunció en varias ocasiones a Gunter en la Guardia Civil hasta que lo hizo en el juzgado para lograr una orden de alejamiento que ha llegado demasiado tarde.
Tanto la fiscalía como la acusación particular pidieron prisión preventiva para Gunter -que estuvo ayer varias horas declarando- «porque entendieron, ambas partes, que los hechos eran constitutivos de asesinato, penado entre 15 y 20 años en el Código Penal». «Hay un alto riesgo de fuga dada la situación económica, laboral y familiar del imputado», manifestó a la salida del Juzgado el letrado de la familia de Henri, Francisco Mellado.
Los hechos se remontan al pasado viernes por la tarde cuando Gunter V. F. agredió «con una barra de hierro y por la espalda» a Henri provocándole heridas tan graves que tuvo que ser evacuado en helicóptero hasta el hospital de Traumatología de Granada donde falleció a primeras horas de la noche.
Según relató la esposa de Henri, Carmen, que fue la que solicitó el auxilio sanitario, «Henri salió del jardín y yo fui por la otra puerta, cuando de pronto vi a Gunter con la barra en la mano pegando a mi marido. Pedí ayuda a Kiko, un carpintero que estaba por allí realizando unos trabajos. Esa fue mi suerte porque el agresor solo atendió a las palabras del carpintero, cuando le estaba destrozando a dos manos y con ensañamiento».
Gran frialdad
Según el abogado de la familia de Henri, Gunter en su declaración, realizada con una «gran frialdad» y con un traductor en alemán a pesar de conocer el español, vino a reconocer los hechos. Precisamente, en su declaración ante la Guardia Civil y a la pregunta de: si estaba arrepentido de lo que había hecho, dijo que no sabía decir si estaba arrepentido o no, «pero sí dijo literalmente que se había quitado un peso de encima», informó Francisco Mellado, abogado de Henri, quien no duda en afirmar que había «premeditación y alevosía, porque la víctima no se pudo defender». Por ello la Juez ordenó el ingreso en prisión preventiva a la espera de conseguir todas las pruebas.
Carmen, que contrajo matrimonio con Henri hace año y medio después de estar diez años cuidando a la esposa del belga que estuvo enferma más de treinta años, manifestó que Gunter V. F. lleva en España más de 20 años. «De esos, la mayoría estuvo relacionado con Henri por trabajo. Ocupó una caravana dentro de la propiedad de Henri y no había manera de echarlo. Continuamente había amenazas», subraya.
Henri amaba los loros guacamayos, de los que ya solo quedan tres ejemplares. Alguno de estos ejemplares donó el belga al parque ornitológico de Almuñécar cuando se abrió. Henri era muy conocido en el municipio. Sin embargo ayer Carmen se extrañaba de que, «a pesar de que todo el mundo era amigo de Henri, nadie había estado a su lado mostrándole su apoyo».
La orden de alejamiento que les iba a separar de Gunter, llegó ayer cuando Henri ya había perdido la vida a manos del hombre en el que confió hasta tal punto de darle cobijo y trabajo, dentro de su propia casa.
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