Tárrago y Mateos en 1910 introdujo innovaciones en la Hermandad de la Soledad

EL ESCRITOR ACCITANO TÁRRAGO Y MATEOS, HERMANO DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD, EN 1910 CONSIGUIÓ INTRODUCIR INNOVACIONES EN EL VESTUARIO DE LOS COFRADES Y DE LA VIRGEN

La primera noticia documental que se tiene de la cofradía de la Soledad y que aparece nombrada como “Cofradía de Esclavitud de Ntra. Sra de la Soledad”, con sede en el convento de Sto. Domingo, es de 1583 y de la “Cofradía del Sto. Entierro de Nuestro Señor Jesucristo”, también con sede en el mismo convento, es de 1634, aunque fue en 1675 cuando se erigió como Hermandad y se aprobaron sus primeras constituciones.

En la procesión que se organizó en 1593 desde la ermita de S. Lázaro hasta la catedral para traer las reliquias de San Torcuato, que había donado el monasterio de Celanova, la cofradía de la Soledad ocupaba el 5º lugar, por la antigüedad de su fundación.

Al tener las dos hermandades su sede en el convento de Sto. Domingo las imágenes salían en procesión juntas el Viernes Santo por la tarde.

En 1818 la cofradía del Santo Sepulcro cambió de denominación para llamarse “Hermandad del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo”

            En 1822, tras decretarse el cierre del convento de Sto. Domingo por el gobierno del Trienio Constitucional las imágenes, enseres y cofradías de la Soledad y Santo Sepulcro, se trasladaron a la iglesia de S. Miguel. 

Por el año 1876 la Soledad vuelve al convento de Sto. Domingo donde ha permanecido hasta nuestros días, sin embargo, el Santo Sepulcro, una vez finalizada la Guerra Civil Española, y tras su refundación, se incardinaría en la iglesia del convento de S. Diego, o iglesia de la Virgen de las Angustias, en donde sigue teniendo su sede (1)

El año 1910, en el semanario “EL ACCITANO” su redactor jefe José Mª García-Varela Torres que escribía con el seudónimo de GARCI-TORRES, dedicó cuatro números al insigne y prolífico escritor accitano Torcuato Tárrago y Mateos con el título de “Apuntes para una biografía”.

En su extensa aportación sobre quién era su gran amigo Tárrago escribía lo siguiente sobre la Semana Santa de su ciudad y las sobre las cofradías de la Soledad y del Santo Sepulcro.

“La Semana Santa, tal y como aquí en nuestra ciudad se solemniza, le encantaba y pensó mejorarla logrando que fuesen de resonancia las procesiones. (Nuestro ilustre escritor D. Torcuato Tárrago y Mateos) era hermano de la cofradía de la Virgen de la Soledad.

Esta cofradía y la del Santo Sepulcro estaban siempre en pugna. Hermano de esta cofradía era don Luis de Alarcón, que vestía uniforme de jefe honorario de administración, y que la gente dijo que en poniéndose sobre sus hombros había segura camorra.

Él (Tárrago y Mateos) consiguió que el traje penitencial de los de la Soledad se cambiara, que niñas vestidas de ángeles, combinando el blanco con el color negro, por cierto, preciosísimas, acompañaran a la Virgen yendo entre las filas de los hermanos, siendo portadoras de los atributos de la pasión.

Las túnicas, que fueron negras, se trocaron en blancas, signo, decía, de la pureza de la Madre de Dios, el capuz (3) negro, señal de luto por el Crucificado, el escapulario grande que contenía los instrumentos de la Pasión, la estrella que el capuz ostentaba es detonadora de la Soledad de la Señora; este traje se conserva aún.

Se ha modificado el vestido de la imagen de la Soledad, antes fue el sayal blanco, el manto negro, luto y pureza, hoy todo indica luto, el sayal es también negro. La tarde del Viernes Santo que se estrenó esa indumentaria los del Santo Sepulcro, que vestían frac, se agregaron la cruz de la orden del Santo Sepulcro.

Los cofrades del Santo Sepulcro estaban reunidos y en expectación en el atrio de la iglesia de San Miguel. Al llegar los de la Soledad alguno más exaltado, más fresco que los demás no pudo contenerse y dijo: – Señor, parecen ustedes papagayos.

Y ustedes, -dijo también otro de los de la contraria-, parecen caballeros y no lo son, lo que dio lugar a que los cruzados, no cruzados, cesaran en sus ímpetus sin que ocurriera más. La novena de la Soledad llegó a ser lo que hoy la del Cristo que se venera en la parroquia de Santiago en el presente tiempo. 

Autor: José Rivera Tubilla

Fuente: “EL ACCITANO”. AÑO XX, nº 928 de 3 de octubre de 1910

NOTAS:

  • Datos tomados del libro “Las cofradías de Semana Santa en Guadix” de S. Pérez López
  • Foto tomada del libro de Santiago Pérez López “Las cofradías de Semana Santa en Guadix. La Hermandad del Sto. Entierro desde sus orígenes a nuestros días” (Cedida por la familia García Hernández)
  • Especie de capa con capucha y cola larga

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