Fue en los orígenes del cristianismo cuando San Pedro y San Pablo encomendaron, con su bendición y envío, a los Santos Varones Apostólicos la misión de evangelizar las tierras de España. Con San Torcuato a la cabeza (15 de Mayo), los siete Varones se trasladaron al Sur de la Península, a la vieja Acci para llevar a las gentes la Buena Noticia de nuestro Señor Jesucristo.
Tras ver la necesitada predicación de estas tierras, San Torcuato envió a sus compañeros a otros lugares del territorio español, mientras el Santo Varón decidía dedicar su vida al servicio del Evangelio en estas tierras. Su predicación no tardó en dar fruto, recibiendo el bautismo una joven matrona llamada Santa Luparia, la que sería la primera convertida al cristianismo en estas tierras.