Nueve alcaldes de la provincia de Granada explican cómo afrontan el día a día en sus municipios

«Ahora, somos como supermercados», lamentan ante los problemas de financiación y desempleo que padecen
07.03.10 – 02:36 – RAFA LÓPEZ rafalopez@ideal.es | GRANADA.

Pablo García, alcalde de Albolote, contó el número de vecinos que en el mes de diciembre recurrieron a él personalmente para que les diera trabajo: 536. Como él, otros muchos ediles de la provincia tratan día a día personalmente con las dificultades de sus conciudadanos. Nueve alcaldes -los de Albolote, Baza, Busquístar, Chauchina, Guadix, Íllora, Loja, Motril y Órgiva- han contado su experiencia en un reportaje que se puede leer completo en la edición impresa de IDEAL.

Los regidores reconocen que sus principales problemas son el desempleo y la financiación, cuestión ésta sobre la que Carlos Rojas, alcalde de Motril, es tajante: «Estamos al límite, en una situación de asfixia». Miguel Castellanos, su homólogo en Loja, destaca que «los vecinos nos piden soluciones, pero los problemas no los hemos creado nosotros». Santiago Pérez, alcalde de Guadix, afirma en la misma línea que «los ayuntamientos nos hemos convertido en una especie de supermercados: la gente nos pide de todo, desde un empleo a vivienda pasando por asuntos sociales». Ante este panorama, los nueve alcaldes de la conversación aseguran que han bajado o congelado sus sueldos.
La solución, para Pablo García, pasa por una reforma de la ley de financiación local, porque «necesitamos mucho más dinero para hacer frente a los servicios que prestamos. Somos la administración más pobre del Estado y ha llegado el momento de corregirlo». Y a todos estos problemas se suma el del temporal que padece la provincia. Carlos Rojas se queja de que «la reacción para prometer ayudas es rápida, pero no lo es tanto la llegada de esas ayudas». Mientras el dinero llega, otra vez los ayuntamientos son responsables: «Somos nosotros los que tenemos que hacer frente a la ayuda a todas esas familias cuyas casas están a punto de caerse», cierra Francisco Domene, regidor de Íllora.

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