Granada, 28 ago (EFE).- Alrededor de un millar de personas participan hoy en La Peza en la conmemoración de la batalla contra las tropas napoleónicas acaecida hace doscientos años, con la recreación de hechos históricos en enclaves de la localidad granadina, y con protagonistas como el alcalde carbonero.
«El que no va ataviado es el que va raro», ha comentado a Efe hoy la alcaldesa del pueblo, Celia Santiago, en referencia a los vestidos de época que se han confeccionado para la ocasión y que lucen vecinos y visitantes.
La celebración comenzó a las once de esta mañana con la narración por el juglar y un poeta del pueblo de distintos pasajes de la batalla que recogió el escritor Pedro Antonio de Alarcón en sus ‘Historietas Nacionales’.
En el año 1810, una vez conquistada Guadix, los franceses quisieron expandir sus dominios, convirtiéndose en su objetivo La Peza, que «es y era renombrado en veinte leguas a la redonda, por el carácter indómito de sus moradores», según escribió De Alarcón.
Manuel Atienza, alcalde carbonero de la localidad, promovió la defensa de sus territorios y, una vez que vio lo inevitable de la invasión, se tiró al barranco conocido como Tajo de Barruecos, guiado por el lema ‘Yo soy la villa de La Peza, que muere antes de entregarse’.
La tradición está muy arraigada en el pueblo, por lo que hoy, según la alcaldesa, «no cabe un alfiler» en la plaza del pueblo, donde a partir de las 19.30 horas ha comenzado la recreación de estos hechos, después de que el pregonero acompañado de tambores haya llamado a los vecinos a luchar si realmente sienten su pueblo «como verdaderamente suyo», ha explicado la alcaldesa.
Esta celebración inédita del bicentenario de la batalla del alcalde carbonero contra las tropas napoleónicas ha contado con la colaboración de la Diputación de Granada.
Con calor, aunque menos que ayer durante el ensayo general, los lapeceños se dirigirán desde la plaza, y tras el llamamiento del alcalde carbonero, hacia la puerta de la iglesia, donde los soldados se encomendarán a la Virgen del Rosario y obtendrán la bendición de un cura caracterizado para la ocasión.
Mientras, las mujeres se prepararán, con vendajes y camillas de la época, en un hospital de campaña para curar a los heridos en el campo de batalla.
En ese campo, habilitado en una de las salidas del municipio, se ha incorporado una réplica del famoso cañón de madera que causó numerosas víctimas en los bandos nacional y francés.
Allí se prolongarán los combates hasta las 22.00 horas cuando, tras «relajarse» los participantes, el pueblo se dispondrá a la fiesta, que durará hasta bien avanzada la madrugada para celebrar que La Peza no se rindió ante los franceses. EFE
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