El turismo, como sucede en muchos sectores económicos en la actualidad, ha vivido el gran impacto de las nuevas tecnologías en su día a día. Lo que antes se resumía en acudir a una agencia de viajes, ahora se realiza en numerosas plataformas online que se centran en diferentes fases. Al mismo tiempo, esta revolución ha obligado a algunas formas de viajes a reinventarse e incorporar los avances más punteros para seguir siendo atractivos para el público. A continuación, repasaremos cuáles han sido los principales cambios que se han producido en el sector y las reacciones a estos.
El peso de internet en las diferentes fases del viaje
Hace no demasiados años, si alguien quería pasar unos días fuera de casa, solía acudir a establecimientos especializados para llevar a cabo las reservas. En los tiempos actuales, aunque hay algunos negocios que se mantienen, dicha actividad se ha transformado de arriba a abajo. En las diferentes fases de un viaje ahora entran en juego las plataformas digitales:
desde la planificación y decidir qué lugar del mundo visitar hasta valorar y expresar la opinión sobre la experiencia y los servicios contratados. Prácticamente, todo pasa ahora por la red.
Dos de las principales acciones que se dan con más asiduidad en el campo virtual son, sin duda alguna, la reserva del desplazamiento y de alojamientos. Para lo primero, normalmente vuelos, son muchos los comparadores que ofrecen una lista de los mejores precios en función del destino y las fechas introducidas. En cuanto a la segunda, hay aplicaciones que permiten buscar entre una amplia selección de hoteles de un lugar concreto, incluso llegando a contemplar la posibilidad de alquilar habitaciones o pisos particulares.
Es innegable que internet ha brindado muchas más facilidades a los turistas, ayudando a romper barreras y siendo siempre un punto de apoyo al que recurrir en los momentos más complicados. Más allá de servir para acceder a las redes sociales y publicar las imágenes de las vacaciones, también ha contribuido a una mejor comunicación, con traductores de un idioma a otro en pocos segundos, la comparación de monedas para saber si el cambio es el correcto, o con los navegadores, para ubicarse en un entorno desconocido.
Reinvención e innovación de algunos tipos de turismo
Las nuevas tecnologías también han modificado algunas formas de turismo, que se han visto obligadas a reinventarse. Un ejemplo de ello es el turismo destinado al juego y a los casinos. Desde hace varios años, pasatiempos de gran popularidad como los ahora online slots, el blackjack o la ruleta han migrado al entono virtual. Disponibles multiplataforma desde cualquier lugar del mundo, aquellos destinos enfocados a estas actividades han tenido que apostar por servicios distinguidos, como la celebración de fiestas, los restaurantes de lujo o los torneos exclusivos.
Por otro lado, cabe destacar la realidad virtual como motor de cambio, algo que se muestra en los tipos de viajes culturales. Como ya sucede en el Teatro Romano de Guadix, se usan estas gafas para poder recrear en tres dimensiones espacios históricos y aportar una información de una manera original a los usuarios. De este modo, uno consigue hacerse una idea más fidedigna de cómo era el espacio en el pasado o qué cómo funcionaba. Es habitual, sobre todo, en los lugares en ruinas que apenas permiten hacerse una idea de lo que fueron.
Para los amantes de la naturaleza y la aventura, cada vez se cuenta con más información, algo que es muy útil para evitar sorpresas e ir totalmente preparados. Ya sea hacer alpinismo, ciclismo o escalada, son muchas las aplicaciones que ofrecen las rutas a través del GPS y el nivel de dificultad para hacer segura la experiencia. Los mapas físicos forman más parte del pasado que del presente y ahora, en dispositivos inteligentes tan pequeños como los teléfonos móviles, uno se puede orientar o incluso pedir ayuda siempre que haya cobertura.
En la era actual, han proliferado los establecimientos, como hoteles o spas, que ofrecen un retiro tecnológico. Lejos de lo que algunos podrían pensar viendo el nombre, no se trata de dejar en un cajón o en casa el portátil o el teléfono, sino de usar los avances más punteros, como los relojes inteligentes o la realidad virtual, para conseguir la relajación más absoluta. La creación de entornos únicos e inmersivos o la monitorización del cuerpo son dos de las acciones más comunes en este tipo de turismo, que parece que ha venido para quedarse.