El castillo de La Calahorra se alza sobre la colina que domina visualmente el marquesado del Zenete, en el municipio español de La Calahorra, en la provincia de Granada, en Andalucía. Construido entre los años 1509 y 1512, el castillo de La Calahorra es de considerable importancia artística, por ser el primer edificio español en el que se introducen los nuevos aires del Renacimiento. Su exterior no presenta apariencia de castillo medieval, pues los baluartes o torres de los ángulos son circulares y no cuadrados como en el medievo, debido a las nuevas armas ofensivas del momento de su construcción. Sus muros, enrojecidos por al polvo de las minas de Alquife, presentan pocos huecos, destacando los tres que se abren en la planta superior de los lados este, sur y oeste.
El aspecto defensivo que presenta el castillo queda roto en el lado oeste, al situarse allí el cuerpo de escalera, apareciendo como alternativa matacanes. Su planta es rectangular, y en sus cuatro ángulos se alzan sendas torres cubiertas con cupulines. Tiene patio central y dos pisos de alzada. La única puerta de acceso se abre en el muro este, es de pequeñas dimensiones, de arco de medio punto adovelado, y sobre ella se encuentra el escudo de la segunda esposa del marqués del Zenete, María de Fonseca. Pasada la puerta un pequeño zaguán abierto da acceso a la sala de guardia, en la que una pequeña escalera conduce al patio, que aunque desplazado hacia el oeste, centra el edificio, distribuyéndose en torno a él las diversas dependencias. El patio tiene doble galería de arcadas. La baja está formada por arcos de medio punto sobre columnas de capitel corintio. La decoración se centra en torno a los arcos, intradós y extradós, y enjutas: casetones con rosetas, ovas y los escudos de los Fonseca y los Mendoza. Los arcos de la galería superior no llegan a ser de medio punto, y se apoyan en columnas de capitel corintio sobre pedestales unidos con balaustrada. La decoración consiste en panoplias y labor de candilieri en los pedestales, escudos en las enjutas, casetones en el intradós del arco e inscripciones latinas en el friso. Ambas galerías están cubiertas con bóvedas de arista. Las diversas estancias se cubren con artesonados de muy variadas formas. Lo más destacado del palacio junto a las galerías, escalera y artesonados es la iconografía de portadas y vanos, en donde se exponen temas míticos y grutescos del primer renacimiento. Estos fueron realizados en Italia.
escrito por Cuevas la Chumbera