El obispo accitano, Mons. Ginés García Beltrán, que recibió la Ordenación Episcopal el 27 de febrero de 2010, quiso celebrar al día siguiente, el 28 de febrero, la primera eucaristía tras su consagración en nuestra Capilla. Lo mismo hizo tras su ordenación sacerdotal, hace ahora casi 25 años, cuando celebró su primera misa, recién ordenado sacerdote, en la Capilla de nuestra casa de Huércal Overa (Almería).
Desde que mostró su deseo a la Madre Superiora, Sor Araceli de San Rafael Villa González, despertó una gran expectativa de alegría en hermanitas, ancianos y personal empleado. Así que, al día siguiente de su Ordenación Episcopal, todos esperábamos su llegada en la puerta de entrada a la casa para saludarlo, en medio de un clima de fervoroso entusiasmo. Llegó acompañado de varios sacerdotes de la diócesis de Almería. Don Ginés infunde paz y caridad con un porte muy digno, como lo exige su alta personalidad.
La Capilla estaba adornada y engalanada, apropiada para la celebración eucarística en esta fiesta, y muy concurrida, pues además de Hermanitas, ancianos y personal de la casa, asistieron algunos fieles del pueblo, que quisieron manifestar con su presencia su adhesión al nuevo Prelado y a la Iglesia.
La celebración eucarística comenzó con la monición por parte del capellán, Rafael Tenorio, que le dio la bienvenida en nombre de la comunidad cristiana de la Residencia de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa Jornet, y le manifestó nuestros mejores deseos y sentimientos, con bendiciones del cielo.
La celebración, que resultó muy solemne, estuvo presidida por Sr. Obispo y fue concelebrada por el capellán, el sacerdote Antonio Cascales y otros tres sacerdotes de Almería. Cantó en la Eucaristía el coro polifónico ÁCCIDA de Guadix, que interpretaron preciosos cantos, apropiados a la liturgia del día.
El Sr. Obispo, en la homilía, expuso los motivos por los que había querido celebrar su primera misa en la casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Su lema episcpal, dijo, es “para mí la Vida es Cristo”. Y comentó el prelado que nuestras casas testimonian el Evangelio, por la misión con los más pobres y necesitados de ayuda y atención, como son los ancianos También dijo que se sentía feliz de tener dos casas de Hermanitas en su Diócesis: una en Guadix y otra en Baza; y agradeció al Capellán y a la comunidad la buena acogida que le habían manifestado.
Después de la celebración, hubo una gran ovación por parte de los asistentes, para manifestarle su agradecimiento por haber escogido este recinto para celebrar su primera Eucaristía en la diócesis. Seguidamente visitó los distintos departamentos de la casa.
La comunidad de Hermanitas, con todos los moradores de la casa, nos sentimos muy honradas con su presencia, y damos gloria a Dios, el gran hacedor de todo lo bueno y recto que existe en el hombre y en todo lo creado.
Hermanitas de los Ancianos Desamparados
Comunidad de Guadix