SEMANARIO “EL ACCITANO” [1] | 1891 – 1910
Fue fundado por José Requena Espinar, el 25 de octubre de 1891, con el subtítulo de “periódico científico-literario y de los intereses generales de Guadix y su partido”.
Cubrió dos décadas de la historia de Guadix y de su comarca.
Su domicilio social estuvo primero en la calle Hospital, nº 1, de donde pasó a la calle Catedral, nº 5. Constaba de cuatro páginas a tres columnas.
El coste del semanario en Guadix era de 50 céntimos de peseta y si se enviaba a Ultramar el precio por un semestre era de 6 pts y de 12,50 si su destino era el extranjero.
Fue “El Accitano” escuela de periodistas y entre sus redactores primeros figuraban firmas, algunas procedentes de “El Eco de Guadix”, como la de Manuel García Noguerol, más tarde catedrático y director del Instituto de Cádiz; Aureliano del Castillo y Beltrán[2], Enrique Tárrago y Bravo; Benito Minagorre, médico y escritor; Francisco Caro Romero, abogado, José Mª García-Varela y Torres, que se firmaría con el pseudónimo de Garci-Torres” y por supuesto la pluma de su director y fundador, el abogado, José Requena Espinar “poseedor de una vastísima cultura humanística”.
Desde el principio de la fundación de este semanario tuvo la firme intención de defender su independencia frente a toda injerencia del signo que fuera y su disponibilidad en admitir la colaboración de firmas de todas las ideologías y tendencias políticas le dieron un tinte de periódico aperturista, tolerante y respetuoso, que cifraba su interés en la defensa del bien común de Guadix y de España.
El semanario fue el catalizador de todas las inquietudes de los accitanos, el portavoz de las mismas y el abanderado en la defensa de los intereses generales de la ciudad.
Pasados los años lo heredaron sus hijas Elisa y Ernestina y tomó la dirección del mismo José María García Varela y Torres.
Se inicia de esta manera la 2ª época de “El Accitano”.
El nuevo director, que se había formado a la sombra de José Requena y que, en la realidad, venía ejerciendo cuasi de director desde hacía unos años, continuará la línea independiente del mismo con la misma entereza que su fundador y maestro.
En esta nueva etapa entró una nueva generación de periodistas dotados de gran brillantez: Juan Aparicio Peral, Enrique García Noguerol, Luis de la Oliva, Pedro Flores, Luis Ruiz Serrano, José García-Varela, Luis Argüeta, José Pulido, Enrique Tárrago, Pedro de Urrutia y Antonio García Balboa, aunque seguían llegando las colaboraciones de Aureliano del Castillo, desde Granada, Manuel García-Noguerol, desde Cádiz, de Jesús Pleguezuelos Aguilar, Enrique Olmedo, Manuel Fernández Morera y Jesús Miranda.
La posición independiente, abierta y flexible de Garci-Torres propició que en “El Accitano” colaboraran plumas tan variadas, que firmaban con pseudónimos, como las de Eudoro, Jerjes, Joriatiz, este último era José María Ortiz García.
El nuevo director se encargó repetidas veces de aclarar que el semanario era independiente, libre de criterio y dedicado a cantar la bondad y además católico, aunque no vinculado a la Iglesia.
En 1910, año XX de su edición y último, el director Garci-Torres es sustituido por el joven abogado Adrián Caballero, jefe del partido conservador, quien convierte el semanario en portavoz de este partido, cambiando en el número 912 su cabecera subtitulándose en adelante “Semanario liberal-conservador”, según su nuevo director para que en el nuevo “El Accitano” “quepa, dentro de sus moldes, algo de política”, ya que creía que “era necesario robustecer su cuerpo, sin renunciar a su espíritu”, para que en adelante fuera el portavoz de los conservadores y de esta manera “el semanario aumentaría su tirada, ganaría subscriptores y tendría colaboraciones políticas gratuitas”.
García-Varela, que no estaba dispuesto a este cambio, porque opinaba que “El Accitano” era hijo de su tiempo, encontrándose cansado, cedía la dirección, con la aquiescencia de la propietaria, a Adrián Caballero, aunque prometiendo continuar trabajando y colaborando con su querido periódico.
“El Accitano” de nueva planta, se zambulle plenamente en la política local y entra en arduas polémicas con el periódico liberal “El Defensor de Guadix”, que había sido fundado en agosto de 1908 por Alfonso Labella Navarrete, jefe del partido liberal y con “El Combate”, periódico de tendencia democrático-republicana, que había nacido en febrero de 1910.
El 16 de diciembre de 1910 se publicaba el último número de “EL ACCITANO”.
Investigación sobre la historia de Guadix y comarca
José Rivera Tubilla
[1] JARAMILLO CERVILLA, M.; Boletín del Centro de Estudios Pedro Suárez, AÑO 2011, nº 24, págs. 255-265
[2] Aureliano del Castillo y Beltrán (Granada, 1873-1922). Periodista, crítico y escritor. Licenciado en Letras por la Universidad de Granada, ingresó pronto en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos.
Fue miembro y colaborador destacado del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, de cuya prestigiosa Revista fue uno de sus dos secretarios y en cuyas páginas aparecieron durante años frecuentes artículos suyos, no solamente de carácter histórico, sino también literario.
Aparte de la crítica de libros, de la que habitualmente siempre era él quien se encargaba, fue en esta prestigiosa publicación especializada donde vieron la luz algunos de sus más importantes trabajos de investigación, entre ellos el dedicado a Las guerras de Flandes, que salió por entregas en varios números sucesivos. Como periodista, perteneció a la redacción de “El Defensor de Granada”.
También colaboró y escribió en distintas publicaciones locales, entre las que caben ser destacadas “El Eco de Granada”, “Gaceta del Sur”, “La Publicidad”, “La Alhambra” y “La Verdad”.
En cuanto a su faceta estrictamente literaria, es autor de la novela “Marigracia”