Municipios como Baza, Guadix o Huéscar rehabilitan antiguas iglesias y conventos para crear centros de exposiciones o de ocio, una práctica cada vez más común en la provincia
NOELIA M. ESTEBANÉ Las fotografías hoy cuelgan en las paredes de la iglesia de Santo Domingo en Baza donde allende reposaban crucifijos; en el templo de la Magdalena, en Guadix, los sigilosos rezos de los devotos han quedado silenciados por los acordes de música clásica; los paseos de los monjes dominicos por el antiguo convento de Santo Domingo de Huéscar serán sustituídos por los de los actores del futuro teatro oscense; y donde antes el párroco construía la fe, ahora grupos de estudiantes de la escuela taller accitana y trabajadores bastetanos remodelan los templos de San Miguel y San Jerónimo para que sendos municipios aumenten su oferta sociocultural.
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