EN LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II, EL GRANDE
Roma, 1 de Mayo de 2011
Queridos diocesanos:
La Iglesia reconoce y proclama hoy lo que era la voz del pueblo: el Papa Juan Pablo II vivió las virtudes cristianas de modo heroico, por lo que es un modelo para los cristianos y para todos los hombres y mujeres de buena voluntad; a él podemos recurrir pidiendo su intercesión. Esto, en definitiva, es lo que significa la declaración de uno de nosotros como Beato.