LOS FLAGELANTES DE GOR (GRANADA). AÑO 1747

La creencia en un Ser Supremo está verificada en todas las culturas primitivas. Desde que el ser humano pisa nuestro planeta Tierra siempre ha creído que el dios o dioses eran los que provocaban los graves fenómenos atmosféricos, las catástrofes naturales, las enfermedades y también los que le proveían de caza, de frutos. Para el hombre primitivo la deidad era el origen del bien y del mal por lo que pensaban que para que no les enviara ningún mal tenían que aplacar su ira por medio de ritos mágicos y sacrificios.

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