Es un gesto de la Providencia que sea el Seminario el tema y motivo de mi primera carta como Obispo de Guadix.
Cada año, la fiesta litúrgica de San José nos trae el Día del Seminario. Toda iglesia diocesana tiene en su seminario el centro de su vida. El seminario es el signo de la vitalidad de una iglesia.
En esta carta quiero proponer la grandeza de la vida sacerdotal, al tiempo que pido la oración, el afecto y el apoyo para los sacerdotes y para lo que ellos representan, y, por tanto, para los que se preparan para tan alto ministerio, los seminaristas.