“Hemos hecho lo que teníamos que hacer, anunciar que solo Cristo tiene palabras de vida eterna”: Mons. Orozco en la clausura de la Misión en la diócesis de Guadix
Terminó la Misión en la diócesis de Guadix, una Misión que comenzó el 15 de febrero y que se ha clausurado este domingo 3 de marzo. Han sido 17 días de presencia misionera en las parroquias, en todas las parroquias de la diócesis, con más de 80 misioneros venidos la mayor parte de ellos de países latinoamericanos. Una Misa en la catedral y un concierto han servido para poner el broche final a estos días de Misión, que, como manifestó el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, han sido días de “Primer Anuncio” de la fe.
A las 12 de la mañana estaban convocados los misioneros, los sacerdotes de la diócesis y los feligreses de todas las parroquias para celebrar la clausura. Ha habido muchas parroquias, a pesar del frío de la jornada, que han aportado el calor de su presencia y de su compartir y celebrar la fe.
En la homilía, el obispo destacó que culmina la Misión en una jornada en la que la Iglesia celebra el Día de Hispanoamérica y la Misión de la Iglesia en aquellos países. Algunas de esas naciones estaban representadas en Guadix, dado que había misioneros de Colombia, de Perú, de Venezuela y, por supuesto, de Guatemala, donde fue fundada la Congregación Marta y María, que ha sido la encargada de realizar la Misión Diocesana. El obispo les dio las gracias por el testimonio que han dado todos estos días en la diócesis.
También habló D. Francisco Jesús Orozco de la Cuaresma, relacionando este tiempo fuerte en la Iglesia con la Misión vivida en la diócesis accitana. Con esta Misión, vino a decir el obispo, “hemos hecho lo que teníamos que hacer, anunciar que solo Cristo tiene palabras de vida eterna”.
Al finalizar la celebración, la fundadora de la Congregación Marta y María, la madre Ángela Silva, intervino, junto a otras religiosas, para agradecer la acogida recibida en la diócesis. La fundadora animó a los sacerdotes y los fieles de las parroquias a continuar lo vivido estos días, en una pos-misión que ya se está preparando. Y, recordando este Día de Hispanoamérica y la labor de los misioneros españoles en aquellas tierras, reconoció que “es justo que vengamos de Hispanoamérica a España,” como han hecho en esta Misión.
Tras la Misa hubo mesa compartida, en la Plaza de la Constitución. Una paella para todos los que asistieron sirvió para combatir el hambre y el frío, y para compartir la experiencia vivida en estas semanas de Misión.
Después, a las 4 de la tarde, comenzó un concierto de Unai Quirós, que se convirtió en una tarde de oración cantada y de canto que invitaba a dar gracias por el don de la fe. También, en el concierto hubo tiempo para escuchar varios testimonios de misioneros, que daban gracias por la experiencia vivida, por la acogida recibida y por la fe que han podido compartir en las parroquias donde han estado. Terminó el acto el obispo, agradeciendo a las religiosas todo lo realizado en esta Misión, y la madre Ángela, animando a seguir “caminando juntos, con María, hacia Cristo”, como reza el lema de la Misión Diocesana. El canto del himno de la Misión, compuesto por Alex Baena, sirvió para clausurar el concierto, que se celebró en el teatro Mira de Amescua.
Y para completar la jornada, los misioneros y el obispo se desplazaron hasta la iglesia de la Virgen de las Angustias para encomendar los frutos de la Misión a la Patrona de Guadix, por cuyo centenario de coronación se ha convocado la Misión.
Ahora, los misioneros volverán a sus países de origen, pero, con toda seguridad, serán muchos los lazos que queden ya estrechados entre ellos y feligreses de nuestras parroquias. Han sido más de 80 misioneros, la mitad de ellos eran seglares vinculados a la Congregación Marta y María, y muchos de esos seglares eran laicos consagrados. Entre todos, junto a las religiosas de la Congregación, han permitido vivir en la diócesis días de anuncio, de fe, de celebración y de gracia.
Ahora queda la pos-misión, que ya va tomando forma, porque lo importante, como vino a decir la madre Ángela, no es lo que se ha hecho, sino lo que está por hacer. Y ahora comienza ese tiempo de hacer.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix