La diócesis de Guadix recupera el culto continuado en el santuario de Face Retama
El obispo de la diócesis preside, este martes 15 de junio, la Misa en la ermita de Face Retama, a las 7 de la tarde, abierta a todos los que quieran peregrinar al lugar
Definitivamente, 2021 es el año de San Torcuato. Primero, por esa escultura en bronce que la ciudad accitana le ha levantado y que fue bendecida por el nuncio el pasado 15 de mayo. Desde entonces, preside majestuosa la entrada a Guadix por el hospital, dando la bienvenida a todos y recordando buena parte de la historia accitana.
Pero, más que la escultura en sí, lo verdaderamente significativo es el hecho de que fuesen los accitanos, por suscripción popular y a partir de una iniciativa ciudadana, respaldada por todos, incluso por todos los partidos políticos, quienes apoyaron el proyecto y lo llevaron a término, todos a una.
Y ahora, es Face Retama la que ocupa el protagonismo y, con ella, de nuevo, San Torcuato. Ha sido el obispo accitano, D. Francisco Jesús Orozco, quien ha expresado en varias ocasiones que sería bueno y hasta necesario recuperar el santuario de Face Retama y mantener vivo el culto y la devoción a San Torcuato en aquel lugar.
Y ya se han dado los primeros pasos, adecentando y limpiando la ermita, cuidando su entorno y, a partir de este martes 15 de junio, estableciendo un culto continuado durante todo el año.
Será un día al mes, el día 15 de cada mes o en torno a ese día si el 15 cae en domingo, cuando se celebre la Misa en la ermita del santuario, con asistencia de los fieles -más bien habría que hablar de peregrinos- que quieran desplazarse hasta este lugar singular, en lo geográfico y en lo espiritual.
Ahora se ha comenzado por la ermita. También se quiere adecentar el espacio que ocupa el olivo que hay a la espalda de la ermita y del que habla la tradición que su aceite era muy curativo.
Después vendrá la hospedería y las cuevas del lugar, con pinturas que se remontan al inicio del siglo XVIII y que hablan de la devoción a San Torcuato, mantenida durante siglos hasta hoy.
Y, si todo sale como está pensado, quizá, en un futuro, pueda haber una comunidad de religiosos que atiendan el lugar y lo conviertan en un espacio de retiro espiritual, de recogimiento y de oración. El entorno lo favorece y le respalda una tradición de veinte siglos de referencia espiritual.
Misa, una vez al mes
Cada día 15 de todos los meses del año, o en torno a ese día cuando el 15 caiga en domingo, se celebrará la Eucaristía en la ermita del santuario. Como depende del cabildo, serán los canónigos quienes asuman ese compromiso, aunque la primera celebración será el obispo accitano quien la presida.
Así, esta tarde, a las 7 de la tarde, Mons. Francisco Jesús Orozco presidirá la Misa en Face Retama, en la ermita. Será una celebración de la que se espera que abra una nueva etapa para este lugar. De hecho, ya se han programado todas las celebraciones de este año y del que viene.
También se cuenta con los párrocos de Benalúa y Fonelas, localidades a las que pertenecen las tierras que rodean Face Retama y donde viven muchos de los “cateros”, los últimos habitantes del entorno del santuario.
Historia
Face Retama hunde sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. La tradición, asocia la ermita con el lugar donde estuvo enterrado San Torcuato tras su martirio. Incluso, se dice que pudo vivir en la cueva santa, sobre la que se han hecho estudios que dicen que, al menos, se remonta a los siglos IV o V.
Siempre ha habido culto o devoción en ese lugar, hasta en tiempos de la dominación musulmana, en los que se islamizó el culto, pero se mantuvo.
Tras la reconquista, en el siglo XVII se levantó la ermita que hoy conocemos, con pinturas que datan de 1710. Últimamente, era lugar de peregrinación y celebración en torno al 15 de mayo, fiesta de San Torcuato.
Hoy es un santuario diocesano, dependiente del cabildo de la catedral, donde se conserva la memoria del patrón de la diócesis, San Torcuato, y que hace referencia a uno de los espacios donde primero se sembró la semilla del Evangelio en España.
De ahí, la importancia de mantener viva esa tradición y de recuperar ese espacio, que ocupa el corazón de un entorno natural privilegiado, reconocido ahora como Geoparque mundial por la UNESCO.
Antonio Gómez