El domingo 29 de septiembre tuvo lugar la peregrinación que el Arciprestazgo de Baza ha realizado a la Catedral de Guadix con motivo al Año de la Fe. Se trata de una peregrinación al corazón de la diócesis, al templo más importante, que todos los arciprestazgos han realizado para celebrar el Año de La Fe que, en su día, convocó el hoy Papa emérito Benedicto XVI. Han sido unas 300 personas las que se han desplazado desde Baza para celebrar una Eucaristía, que ha estado presidida por el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García, y y ha sido concelebrada por los sacerdotes de Baza.
La jornada se inició a las 11:30 de la mañana, en las puertas de la Catedral, para comenzar una visita guiada al interior del Templo y al Museo Catedralicio. Después, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía.
Al comienzo de la celebración, el Obispo de Guadix dio la bienvenida a los párrocos y sacerdotes de la ciudad de Baza, así como a todas la religiosas que asistieron y que fueron todas las que hay en la ciudad, incluidas las religiosas Dominicas, que son de clausura. También lo hizo a las Hijas de la Caridad -que son una sociedad de vida apostólica-, a los catequistas y a los miembros de Cáritas, de las Hermandades y de los Movimientos Eclesiales que asistieron a esa peregrinación arciprestal a la catedral con motivo del Año de la Fe.
En la homilía, que giró en torno al Evangelio y a la parábola del rico y el pobre Lázaro, el prelado recordó «los límites que tiene la riqueza y que en ocasiones sirve para hacer el mal en el mundo”. También dijo que este mundo vive uno de los engaños más grandes al creer que se puede vivir «libremente», sin depender de nadie, donde la libertad no tiene límites. El prelado recordó que esta ideología y este estilo de vida sí que tienen consecuencias. Pese a todo, dijo, la Palabra de Dios muestra un rayo de esperanza en este mundo tan materialista, donde Cristo es Palabra de Verdad y de Vida. En este contexto, los cristianos tienen un papel esencial: seguir a Cristo y ser sus altavoces en el mundo. Y recordó que ésta también es tarea para los cristianos de Baza.
Mons. Ginés García terminó su homilía recordando que Baza tiene una luz que ilumina siempre durante todo el año, y esa luz es la Virgen de la Piedad. Y por este motivo pidió a todos los allí congregados, cerca de 300 personas de las diferentes parroquias de la ciudad, que se revitalice el amor y la devoción a la Patrona de Baza.
Al finalizar la Eucaristía, se entregó a los párrocos unos diplomas con el Credo para ser repartidos en sus respectivas parroquias.
Juan Carlos Valle
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Antonio Gómez