Dos hombres mueren cuando se bañaban en la playa del Tesorillo, en Almuñécar

El fuerte oleaje impidió a un par de jóvenes llegar hasta ellos para sacarlos
08.09.10 – 01:43 – JUAN MANUEL DE HARO | ALMUÑÉCAR.

El mar es traicionero cuando el poniente azota y ayer, el temporal se cobró dos vidas que tiñeron de luto la playa almuñequera de El Tesorillo.
Dos hombres de 45 y 65 años fallecieron ahogados al no poder vencer a las olas y salir del mar «mientras se bañaban». Según los testigos uno de ellos se estaba dando un baño a pesar de que se registraba un fuerte oleaje y el otro entró en su ayuda. Ninguno de los dos logró salir con vida del agua.
Hasta los bañistas ahogados intentaron llegar dos jóvenes que en ese momento estaban en la playa para socorrerlos, pero cuando se adentraron en el mar se dieron cuenta del grave peligro que corrían y desistieron.
Alertados por el 112, Protección Civil, junto a Policía Local, Guardia Civil y equipos sanitarios se personaron en la playa El Pozuelo para, con el resguardo del pequeño promontorio rocoso que allí existe, proceder a sacar del mar a los dos bañistas ya sin vida, como pudieron certificar los responsables del 061.
Una embarcación de Protección Civil de Almuñécar fue la encargada de recuperar a los dos bañistas del mar y trasladarlos hasta la playa El Pozuelo donde le esperaban los sanitarios del Centro de Salud de Almuñécar y un equipo del 061 que se había trasladado desde Motril y que ya solo pudieron certificar la muerte de ambos, según manifestó el jefe de Protección Civil sexitana, Cecilio Fajardo. «Fue entorno a las cuatro de la tarde cuando recibimos dos llamadas simultáneas de la Policía Local de Almuñécar y el 112 informando que había un bañista con dificultades frente a la playa El Tesorillo y que se había tirado al mar otra persona en su auxilio. Hemos echado la embarcación del puesto de Velilla, con riesgo porque son de poco peso para el oleaje que había y dado que estaban los cuerpos localizables los hemos rescatados y lo hemos traído a tierra para que se hiciera cargo el equipo sanitario del 061», relató Fajardo. El responsable de Protección Civil se lamentaba de que la primera jornada «de poniente serio» de todo el verano se había saldado con dos personas ahogadas. «Por el aspecto son extranjeros los dos, pero se desconoce la identidad en cuya tarea trabaja la Guardia Civil», indicó Fajardo.
Pero no son los primeros bañistas que se ahogan en la zona este verano. En el mes de junio falleció otra persona por ahogamiento y como no estaba activo el operativo de Protección Civil de playa Almuñécar, tuvo que rescatarlo una embarcación de Cruz Roja de Motril y, posteriormente, trasladarlos hasta el puerto deportivo de Marina del Este.
Salvadores salvados
A Jesús Balderas ayer sí le sonrió la suerte. Este joven de 25 años de Güéjar Sierra no dudó en lanzarse al agua al ver que dos bañistas se ahogaban. Pero conforme avanzaba se dio cuenta del peligro que corría y de la dificultad que entrañaba mantener el control en el mar.
Jesús había bajado de su pueblo y quedado con su pareja, que llegó desde Málaga, para pasar un día de playa en Almuñécar. Este joven no dudó en echarse al agua con la idea de salvar a los dos bañistas que al final se ahogaron, aunque tuvo que desistir. «El primero que entró fue el hombre mayor que se estaba ahogando y después entró el joven a salvarlo y tampoco salió», explicó.
Ya en tierra, Balderas se lamentaba por no poder haber podido ayudar a los ahogados pero por otro lado se alegraba porque este rescate pudo costarle la vida. «Me metí a ayudarle pero el hombre mayor estaba ya tocado y sin embargo vi que no pedía auxilio, ni nada», comentó.
Este bañista mostraba ayer sus dedos arañados por las rocas punzantes que separan las playas de El Tesorillo y El Pozuelo, por donde pudo escapar cuando ya se encontraba «con cierto cansancio» y cuando comprobó que era «casi imposible» lograr rescatar a los bañistas ahogados. El cuarto bañista que entró con idea de ayudar a Jesús Balderas también pudo salvarse «porque le echaron un flotador y se fue a la plataforma de juegos», dijo Balderas quien se mostraba apesadumbrado porque el episodio le había «dado el día». El propietario de un chiringuito de Velilla se quejó de que en la playa en la que ocurrió el triste suceso «no ondease la bandera roja», que pudo alertar, según él, a los bañistas.

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