Contagia solidaridad para acabar con el hambre
Queridos hermanos todos:
Como hace más de sesenta años, en medio del desequilibrio mundial que provoca la COVID-19, Manos Unidas nos invita a dilatar nuestra mirada y a ser conscientes de la pandemia del hambre y de la falta de los bienes más básicos para la vida en muchísimos hermanos nuestros.
La necesidad de protegernos pone de manifiesto con más fuerza a los más desprotegidos del planeta, a los que sufren con mayor virulencia no tener los bienes necesarios para vivir con dignidad.
Golpea a nuestra comodidad que millones de hermanos nuestros carezcan de recursos, no sólo para combatir este virus mortal, sino para alimentarse, poderse confinar en un hogar, o tener información médica para una prevención digna.
Es un dolor comprobar que, hasta los protocolos de confinamiento, educación y de prevenciones socio-sanitarias se convierten en un privilegio de algunos y en un déficit para muchos.
Manos Unidas, ONGD (Organización no gubernamental para el desarrollo) de la Iglesia católica, guiada por el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, quiere trabajar por el Reino de Dios combatiendo el hambre y todas las causas que lo desencadenan.
Es una institución que sigue apostando por la dignidad de las personas y que asume los costes necesarios en esta misión, ayudando a restaurar la dignidad de los seres humanos más vulnerables en todo el orbe, luchando contra las múltiples formas del hambre y la pobreza con proyectos concretos y ayudando a liberar de la pobreza, la exclusión, la violencia o la explotación.
Este año, siguiendo con el trienio propuesto a favor de los Derechos Humanos (2019 – 2021), se propone seguir expresando la corresponsabilidad humana, dando a conocer y denunciando la existencia del hambre y de la pobreza, sus causas y sus posibles soluciones. Así lo recoge el lema para esta campaña 2021, “Contagia solidaridad para acabar con el hambre”.
El Papa Francisco nos recuerda en Fratelli Tutti que el bien común sólo lo construiremos al sentir al otro tan importante como a nosotros mismos, que “la caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une” (FT 182).
Que todos somos hermanos porque somos hijos de un mismo Padre, la llamada fraternidad universal, nos lanza a la verdadera solidaridad para acabar con el hambre.
Este lema nos invita a interrogarnos sobre nuestra comunión de bienes, a fomentar las actitudes de colaboración que sirvan para frenar el hambre y la pobreza de ciento de millones de personas en el mundo. Motivar la solidaridad es reforzar los compromisos y la consecución de la única Misión.
El pasado 24 de enero se lanzaba la campaña que nuestra delegación diocesana de Guadix asume para este año 2021 y que culminarán el domingo 14 de febrero, con la celebración de la Jornada Nacional y la colecta en favor de Manos Unidas en todas las parroquias de España.
El vienes anterior, 12 de febrero, será el Día del Ayuno voluntario.
Agradecemos a la delegada diocesana, a su consiliario, así como a los distintos colaboradores y voluntarios de Manos Unidas en nuestra Diócesis, que no escatimen esfuerzos ni tiempo para animar una nueva campaña que a todos nos une en un mismo objetivo común.
A todos os invito a una respuesta personal y económica generosa, a dedicar tiempo como voluntarios, vocales y responsables en la Delegación, como donantes y bienhechores, es decir, a ser discípulos del Señor que hoy nos dice “dadles vosotros de comer” (Lc 9, 13) contagiando solidaridad para acabar con el hambre de tus hermanos.
Que esta pandemia nos haga más generosos que nunca, una Iglesia Hospital de Campaña, que sabe arriesgar, mirar de frente y abrir las manos y el corazón.
Con mi afecto y bendición.
+Francisco Jesús Orozco Mengíbar
Obispo de Guadix