Carta Pastoral del Obispo de Guadix en el Día del Domund

MISIONEROS AL SERVICIO DE LA FE
Con motivo del DOMUND 2012

Queridos hermanos y hermanas:
Estamos viviendo el Año de la Fe al que nos ha convocado el Santo Padre. Es una oportunidad de gracia para renovar la fe y salir al mundo entero a anunciar la Buena Noticia de la salvación para todos los hombres. La Iglesia es misión porque para esto fue convocada por Dios. El mandato evangélico, “Id al mundo entero…” (Cf. Mt 28,19) es una llamada siempre actual, porque es siempre necesaria.
La misión hoy ha de ser Nueva Evangelización. En muchos casos, la evangelización del mundo contemporáneo ha de ser primer anuncio. Son ya multitud aquellos que en países de tradición cristiana no conocen a Jesucristo, incluso los bautizados. A ellos hemos de anunciar a Cristo. Sin embargo, sería injusto que las dificultades que vivimos en el occidente cristiano, apague el ardor misionero para llevar el Evangelio a aquellos hombres, en países lejanos, que no han oído hablar de Cristo. La misión Ad Gentes sigue siendo una exigencia para la Iglesia. Como escribía el beato Juan Pablo II, “Los hombres que esperan a Cristo son todavía un número inmenso” (Encíclica Redemptoris Missio, 86).
El único afán de la Iglesia es anunciar a Cristo, de un modo especial en estos momentos complejos marcados por una fuerte crisis de fe. El mensaje que anunciamos es la persona y el misterio del Hijo de Dios, encarnado en el seno de María, la Virgen, que se entregó a la muerte para darnos parte en su nueva vida. Es el Cristo que nos anuncia a Dios Padre y la presencia siempre vivificante del Espíritu Santo. El Papa, en el mensaje para el DOMUND de este año, nos deja estas hermosas palabras: “El encuentro con Cristo como persona viva, que colma la sed del corazón, no puede dejar de llevar al deseo de compartir con otros el gozo de esta presencia y de hacerla conocer, para que todos la puedan experimentar. Es necesario renovar el entusiasmo de comunicar la fe para promover una nueva evangelización”.
Sin embargo, a la hora de hablar de la misión y de las misiones, no podemos pensar en una gran empresa al estilo del mundo. La misión, como toda la obra evangelizadora de la Iglesia, no es una cuestión de estrategias para obtener beneficios. La misión mira al hombre concreto, lo ama y, por eso, le ofrece a Cristo que es la respuesta a los grandes interrogantes del hombre, y su felicidad. Dios ama a los hombres. Dios te ama, es el anuncio de la Iglesia. Dios viene contigo, se hace uno de los tuyos en su Hijo, Jesucristo.
Si el destinatario de la misión es el hombre concreto, el instrumento también es un hombre o una mujer, un creyente. Los misioneros son hombres de fe al servicio de la fe. Es misionero aquel a quien el encuentro con Cristo lo cambió, de tal forma que no puede callar tal experiencia, sino que está dispuesto a ir al mundo entero para que todos se enteren que encontró el tesoro. El misionero es un enviado, no se anuncia a sí mismo, sino que proclama el nombre del que por nosotros, y por nuestra salvación, dio la vida. Cristo “hoy como ayer, nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra”, escribe Benedicto XVI (Carta Apost. Porta Fidei, 7).
El DOMUND, nos acerca más a nuestros misioneros. Nos hace conscientes que misioneros somos todos por el bautismo. Ellos allí, nosotros aquí. Todos en la Iglesia. Nuestras diócesis, está presente en la vanguardia de la evangelización a través de los misioneros nacidos entre nosotros. Los sentimos muy cerca y pedimos por ellos y por el fruto de su misión. Pedimos también al Dueño de la mies que siga llamando a jóvenes a entregar su vida al servicio del Evangelio en los países de misión.
El DOMUND de este año tiene un significado especial, en el contexto de la celebración de los 50 años de la apertura del concilio Vaticano II, el Año de la Fe y el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización. Todo nos invita a renovar lo que significa y exige la feliz expresión del Papa Pablo VI. “La Iglesia existe para evangelizar” (Evangelii Nuntiandi, 14).
Con mi afecto y bendición.

Guadix, 11 de octubre de 2012

+ Ginés García Beltrán

Deja un comentario