Las exequias serán el sábado 17 de marzo, a las 9,30 horas, y estarán presididas por el obispo de Guadix
En la madrugada del viernes 16 de marzo falleció la religiosa Carmela Rodríguez Cobo, a los 74 años de edad. Era natural de Alquife, donde residía, y pertenecía a la congregación de Religiosas de la Consolación.
La hermana Carmela, como se le conocía popularmente entre la población de Alquife, era muy querida en su pueblo, donde había residido los últimos 50 años, aquejada de una enfermedad que ha mantenido retirada de la actividad pastoral directa en los conventos de la Congregación. Sin embargo, su presencia en Alquife, su trabajo en la parroquia mientras la enfermedad se lo permitió, sus consejos y su dedicación a todos los que requerían su ayuda,… han sido las acciones de una actividad pastoral callada pero muy intensa, a pesar de su enfermedad. Todos en su pueblo han sentido la pérdida de esta religiosa, que tanto ha ayudado a tantos.
El funeral de exequias será el sábado 17 de marzo, a las 9,30 de la mañana, en la iglesia parroquial de Alquife. Se espera que sea presidido por el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García, y que concelebren algunos sacerdotes. También se espera que acompañen religiosas de la Consolación, venidas de distintas comunidades, y otros religiosos de la diócesis de Guadix.
La hermana Carmela entró en el convento muy joven, cuando apenas tenía 17 años. Después del noviciado en Tortosa, comenzó a trabajar impartiendo clases en colegios de la congregación de Zaragoza y Castellón. Pero muy pronto se puso enferma, tanto que tuvo que retirarse de la actividad pastoral directa. La enfermedad le ha marcado los últimos 50 años. Una enfermad que, a pesar del dolor, la ha llevado con resignación cristiana y desde una actitud de ofrecimiento permanente al Señor. De hecho, a pesar de su dolor, la hermana Carmela siempre ha vivido su enfermedad como una oportunidad para encontrar más momentos de oración por todos y, en especial, por los que más sufren. Y siempre, siempre, ha habido palabras de agradecimiento al Señor por todo lo que había recibido, inclusive la enfermedad, que ofrecía al Señor con generosidad y entereza.
A pesar de su delgadez y del dolor permanente, la hermana Carmela siempre ha atendido a todos los que la han necesitado, o le han pedido consejo, o han reclamado una oración de ella por alguna necesidad. Por eso, son muchos los que ahora lloran su pérdida. Y es que la hermana Carmela era toda una institución” en Alquife, donde fue muy querida y donde hizo mucho bien.
Le gustaba escribir y, en una de sus poesías, hablaba así de su estrecha relación con Dios:
Me encuentro a solas contigo, Señor de mi vida y mi silencio.
En la cadencia de la tarde, con el alma arrodillada,
me encuentro a solas contigo.
… en las soledades sonoras, cuando todo queda en calma,
Tú te acercas a mí…. y en ese momento me encuentro, Señor, contigo.
Descanse en paz, la hermana Carmela Rodríguez Cobo, de Alquife, religiosa de la Consolación.