Una ley que no se cumple

Después de muchos años conviviendo con el tabaco en nuestra sociedad, por fin la Ley 42/2010 de 30 de diciembre “de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.” Puso coto al hábito tabáquico que tantas vidas se lleva anualmente. Por fin camareros y demás personal laboral de bares y demás negocios de hostelería podían acudir a su trabajo sin que ello conllevase un grave perjuicio para su salud. Pues en el artículo 7.u. de la mencionada ley se prohíbe el consumo de tabaco en “bares, restaurantes y demás establecimientos de restauración cerrados”, como todos sabemos la mencionada ley prohíbe fumar en todo espacio público cerrado y hasta el día de hoy los españoles están siendo bastante respetuosos con ella. Pero en lo que se refiere al ocio, la cosa cambia, y es que si te encuentras en un bar y el reloj supera la franja de las 11 de la noche la gente empieza a desenvainar la pitillera y a fumar sin consideración alguna de las demás personas allí presentes. Y no hablemos de lo que sucede en los pubs, ese territorio es dominio de “Philip Morris”. Cuando uno entra en un pub sabe que va a inhalar los vapores emanados por el tabaco, y que tan incómodos son en pequeñas salas.

En esta época de crisis en la que los recortes están alcanzando a la Sanidad, creo que sería conveniente que las autoridades empezasen a recaudar a costa de de aquellos que infringen la ley. Es decir, empezar a sancionar a establecimientos que permiten fumar y también a los que fuman en locales públicos, despreciando el derecho de los conciudadanos con los que comparten barra a respirar un aire limpio de nicotina, alquitrán y demás sustancias cancerígenas y enemigas de nuestros corazones y pulmones. Y es que permitir fumar en un lugar en el que está prohibido se considera una infracción grave de la Ley 42/2010, que se debe sancionar con una multa que puede ir desde los 601 a los 10000 euros. Esto hace plantearme la siguiente pregunta ¿Es justo que aquellos que necesitan el coche para ir a trabajar paguen en muchas Comunidades Autónomas el céntimo sanitario para sostener los sistemas sanitarios, mientras otros que están infringiendo una ley y al mismo tiempo perjudicando la salud de sus conciudadanos se vayan de rositas? La respuesta parece bastante obvia. Por eso desde esta plataforma me gustaría que a quien le corresponda persiga estas conductas tan poco solidarias de clientes y hosteleros y se empiece a multar, pues a todos nos parece bien que la policía sancione a quien comete imprudencias en la carretera. Los atentados contra la salud pública no son menor delito, de otra manera más sutil también nos están restando años de vida y causando gastos a un Sistema Nacional de Salud, tan debilitado en nuestros tiempos.

Publicado en: http://spaniardofgranada.blogspot.com.es/

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