SUCEDIÓ HACE 4 AÑOS: El ‘bombo’ elige a los 33 accitanos que accederán a una casa de protección oficial

GUADIX 8/03/2007

El Teatro Mira de Amescua presenció ayer el sorteo de viviendas, al que se habían presentaron un total de 319 solicitudes

Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos. La frase bíblica es también aplicable a la hora del acceso a un bien tan escaso y apreciado -en el sentido sentimental y bancario- como la vivienda. La suerte citó ayer a los 319 aspirantes a una de las 33 viviendas del residencial La Espartera en Guadix. El teatro Mira de Amescua registró ayer uno de sus llenos históricos, como en su grandes días, aunque en esta ocasión la ‘obra’ era de ladrillo.

Desde muchos minutos antes de que comenzase el sorteo los soportales de la plaza de las Palomas se convirtieron en el punto de encuentro de las ilusiones. Nervios, el sobre con la convocatoria retorcido entre las manos y comentarios, muchos comentarios sobre el proceso y las posibilidades de cada uno. En definitiva una cuestión de suerte y de fe.

Una vez abiertas las puertas la platea no tardó en llenarse. Todo preparado y todo listo para un sorteo con ambiente de Salón de Loterías. Sonrisas en las butacas del coliseo accitano. Sobre el escenario el bombo, una pantalla gigante y la mesa de presidencia vestida con un lienzo rojo mal planchado.

Y la suerte comenzó a girar. La primera bola en salir: el 81. Antes de empezar el sorteo, el alcalde pidió el control de las emociones a los adjudicatarios, pero con cada bola que salía del bombo se escapaba un suspiro en toda la sala. «Uyyyyy…» y, después, algún gesto de satisfacción, exclamación o alegría. Aviso a los supersticiosos, el trece salió en sexto lugar y fue recibido con sonrisas por auditorio. Números, nombre y apellidos. Las esperanzas y posibilidades se fueron escapando y la platea cada vez estaba más vacía.

En la cruz, Antonio Membrilla, su 115 fue remolón y salió cercano al puesto 100. «A seguir esperando», comentó con resignación. En la cara, Frederik Chirinos. «Una garantía de futuro para mi y mi familia ¿tú sabes?», comentaba con gesto de incredulidad.

Editado en www.ideal.es

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