Muere en accidente laboral un peón en la construcción de la Catedral de Guadix – Año 1.724

Muere en accidente laboral un peón en la construcción de la Catedral de Guadix – Año 1.724

MUERE EN ACCIDENTE LABORAL EN LA OBRA NUEVA DE LA CATEDRAL DE GUADIX EL PEÓN ANTº SAN MARTÍN. DEJA EN EL MÁS ABSOLUTO DESAMPARO A SU MUJER EMBARAZADA Y SEIS HIJOS.

 

Estamos en 1713 y el cabildo catedralicio se plantea la necesidad de proseguir las obras de la catedral que estaban paralizadas por problemas económicos, ya que las limosnas no eran suficientes para continuarlas.

 

Las razones que aportaba el obispo Fr. Juan de Montalbán para acabar las obras eran que la iglesia antigua era tan pequeña que no cabía el pueblo ni se podía hacer una procesión claustral, además por estar la obra nueva tan adelantada es mucho más lo gastado que lo que pueda costar el acabarla y que “a no ser por tener a tanto pobre a quien socorrer, toda su renta la aplicaría a este fin…”.

 

Se pidió al Rey que de todos los diezmos se detrajese la cantidad que él estimara oportuna para aplicarla a la finalización de las obras de la catedral. Se les pide a los maestros de obras Antº Zabala, Diego Rojo y Salvador Guerrero, que eran los que llevaban la dirección de lo poco que se estaba construyendo tanto en el interior como en el exterior, incluida la torre, que hicieran una declaración del estado de la obra, proyectos para acabarla y presupuesto de lo que podría costar acabarla.

 

Por las gestiones del chantre de la catedral D. Antº Garrido de la Pineda en la Corte, el rey Felipe V, por Real Cédula de 29 de junio de 1713, y en atención a que “siendo la Iglesia tan corta y estrecha para el concurso de aquel pueblo (Guadix), experimentando en muchas festividades, por el tropel, indecencias notables en las ceremonias, tanto que algunas veces ha sido preciso omitirlas, a que actualmente la obra está sin labor ni adorno, añadiéndose a esto estar las campanas sobre el altar mayor y muro principal, con tanto riesgo que se han visto ya algunas quiebras… y atendiendo a la imposibilidad que tiene la fábrica de la catedral de continuar la obra a pesar de las limosnas con que han contribuido para ella el obispo y los prebendados, es por lo que resolví y mandé que se consigne la octava parte de los diezmos del obispado.

 

En 1714, D. Blas Antº Delgado, que era el maestro mayor de las obras de la catedral de Jaén, se trasladó a Guadix para inspeccionar la obra al tiempo que se le encarga la traza del proyecto de lo que quedaba por realizar tanto en el interior como en el exterior hasta dejarla totalmente terminada.

 

Cuando Blas Antº Delgado se marchó a Jaén, donde tenía su residencia, se nombró como maestro mayor a Vicente Acero quien propone derribar las tres bóvedas del trascoro de la catedral vieja con lo que la catedral nueva empieza a tragarse a la antigua. En 1719 Vicente Acero ingresa en el monasterio de cartujos del Paular de Segovia y se hace cargo provisionalmente de la dirección y ejecución de la obra su discípulo Gaspar Cayón de la Vega, pero el cabildo no se fiaba de él, por su juventud, para dejarle la dirección de la obra que había tenido Acero y antes de decidirse por él llamaron al que fue maestro mayor de la catedral de Granada D. Fco. Hurtado para que inspeccionara lo realizado por Acero y Cayón y diera normas y consejos sobre la manera de continuar la obra. Al final el cabildo se decide por nombrar como maestro mayor de las obras de la catedral a Gaspar Cayón.

 

Estamos en 1723 y la obra va avanzando bajo su dirección, se están levantando los arcos apuntados de la bóveda del trascoro que cargan en los pilares de la catedral vieja y justamente colocando unas piedras de estos arcos el obrero Antº San Martín tuvo la desgracia de caer desde tan alto y murió como consecuencia del golpe. Enterado el cabildo de este penoso accidente, el 20 de Octubre de 1724 se reúne para determinar qué hacer en este caso. A continuación transcribo el acta de este cabildo:

“El Deán propuso que en consideración y atención al desamparo y desconsuelo con que se hallaba la pobre viuda, mujer de Antº San Martín, peón que estaba trabajando en la obra de la catedral y que habiéndose sobrevenido la fatalidad de caerse desde lo alto, cuando ponía una piedra en el rincón de un arco que se había ya concluido en la obra nueva y que del golpe que recibió quedó muerto sin poder confesar ni apretar la mano, (si al preguntarle el sacerdote si se arrepentía de los pecados que pudiera tener hubiera hecho algún movimiento con la mano significaría que se arrepentía y este signo hubiera sido suficiente para darle la absolución) cuya desgracia es muy compasiva.

 

Juntándose a esto el haberse quedado esta pobre mujer con seis hijos huérfanos y embarazada, sin más alivio que aquel corto jornal que su marido (que en gloria esté) ganaba en dicha obra, por lo que el Deán propuso al cabildo que si parecía bien se le diese por vía de limosna algún socorro, que sería muy del agrado de Dios, cuya propuesta oída y conferida por los capitulares, acordaron se le diese a la viuda 6 fanegas de trigo y socorrerla también con un doblón (60 reales) que se ha de sacar del caudal de la Obra Pía de pobres que se reparte por Navidad y si sobre el entierro y sus gastos, el cura de la parroquia de La Magdalena, de donde era feligrés, o el cura del Sagrario, donde se enterró, pidiesen a la viuda algunos derechos parroquiales, acordaron se encargue el canónigo Vellido ajustar y componer con los curas de dichas parroquias lo que les perteneciere para que en caso de no hacerle gracia y limosna alguna a la viuda se dé por parte del cabildo lo que importasen los derechos parroquiales por haber quedado la viuda con tanto desamparo y con tantos huérfanos.

 

Fuente: Archivo Histórico Diocesano de Guadix. Libro 26 de actas capitulares
Autor: José Rivera Tubilla

 

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