LA HERENCIA DE CARLOS ROS

Por Vicente Moreno Torres

El 5 de julio de este año 2003 murió, en Guadix, un ejemplar sacerdote, músico, pedagogo y amigo: Don Carlos Ros González, fundador, en 1956, de la Escolanía ‘Niños Cantores de la Catedral de Guadix’. Asistido por las Hermanitas de Ancianos Desamparados y querido y arropado por sus amigos incondicionales, culminaba una vida admirable en todos los ámbitos. Su más de medio siglo de eficaz entrega a Jesucristo y a la Virgen, a la Catedral, a la Música, a la Enseñanza, a Guadix… ya todo lo bueno y noble que hay en nuestro mundo, terminaba, para desgracia de los que aquí quedamos (no para él que estará comentando melodías y acordes con Tomás Luis de Victoria, Guerrero, y hasta con Haendel, Mozart, Beethoven y Mahler). Asistí a la impresionante y emotiva Misa ‘corpore insepulto’, oficiada por el Sr. Obispo de Guadix-Baza, en la Catedral accitana, y acompañé el cuerpo de don Carlos (su alma ya está Arriba’) al cementerio de Guadix, donde reposa -por feliz actuación del Ayuntamiento- al lado de Pedro Antonio de Alarcón (paisano suyo, pues don Carlos, madrileño de nacimiento, es hijo adoptivo de la tierra de San Torcuato). Los escolanos ya hombres nos sobrecogieron con el Réquiem de Perosi, y con motetes (la mayor parte de ellos dedicados a la Virgen María), en la Catedral, en el camino al cementerio, y en este camposanto, cuna de los Hermanos Fossores. Un atronador y largísimo aplauso explicitaba -en la Catedral- el cariño y agradecimiento de los accitanos a este hombre excepcional.
Transcurrido casi un mes quiero glosar un aspecto concreto (de otras muchas facetas se ha escrito y se seguirá escribiendo): el de su ‘herencia’. El artículo 659 del Código Civil dispone que «la herencia comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte»; y el Diccionario de la Real Academia Española, como uno de los significados del vocablo ‘herencia’, dice que es «rasgo o rasgos morales, científicos, ideológicos, etc., que, habiendo caracterizado a alguien, continúan advirtiéndose en sus descendientes o continuadores».
En el significado que marca el artículo citado de nuestro Primer Cuerpo Legal Civil, la herencia (es un decir) es de su única sobrina, a la que siempre quiso mucho, pues era hija única de su única hermana. En este sentido jurídico-material virtualmente nada ha correspondido a la ‘heredera’, pues nada tenía don Carlos de valor material. Ni ‘derechos y obligaciones’. Solo bienes de valor emotivo, recuerdos de una vida religiosa y artística, que su sobrina no dudó en donar a la Ciudad que le acogió, y a algún íntimo: tengo el orgullo y la alegría de haber sido ‘legatario’ (más exactamente, donatario) de su ‘Inmaculada’, bellísima, a la que él tenía gran devoción, y ahora, ocupa en mi casa un sitio de honor Si pírrica es su herencia material, inconmensurables y extensos son los rasgos morales, científicos, ideológicos, etc. que le caracterizaron y siguen advirtiéndose en sus continuadores: auténtica religiosidad, amor a España, espíritu de trabajo… y su Colegio y su Coro.
Sin embargo, mal, muy mal futuro tiene el Colegio. Cumplió un gran papel en las pasadas décadas y no se ha podido, sabido o querido evolucionar ante la situación de la enseñanza en los últimos años.
Y lo peor es que la decadencia, antesala de la desaparición del Colegio, como ineludible secuela, implica la depauperación… o la extinción del Coro, pues es su obligada cantera. Y conste que se ha designado a un competente profesional para suceder a don Carlos en la dirección del Coro.
En cualquier caso, la semilla ha producido frutos valiosos: ‘Accichorus’ y ‘Acyda’, son dos buenos Orfeones, dirigidos por escolanos y en su mayor parte integrados por antiguos ‘niños cantores’. Otro ex discípulo, hoy maestro, fundó y dirigió dos corales de voces blancas (una, en Freila, y otra -Ruiz del Peral- en Guadix). Y el gran guitarrista y director de Coro Carmelo Martínez Parrilla es, también, escolano. Pero no es suficiente… la Escolanía Colegio, La Escolanía Coro y el ‘Museo’ de don Carlos deben seguir. La sociedad lo pide y lo desea.
Es de justicia declarar que el Ayuntamiento de Guadix, regido, desde que se instauró la actual situación política, por el Partido Socialista, ha tenido una actuación perfecta con don Carlos, el Colegio y el Coro, siempre arropado por las otras fuerzas políticas, que -si no estoy equivocado- han contribuido al consenso unánime en cuanto a estos temas atañe. ¿Cuáles han sido las actuaciones del Municipio?: Nombrar a don Carlos hijo adoptivo de Guadix, dar su nombre al Conservatorio de la Ciudad, y a la calle en que vivió, colocando una placa en su casa, en un acto inolvidable; recientemente (el 19 de noviembre de 2002), tomar la iniciativa de organizar un Museo histórico-cultural con el patrimonio artístico y humano de la Escolanía, a cuyo efecto, la familia ha procedido ya, con toda generosidad; según mis noticias, está pendiente la contestación de la Diócesis. Y apoyar la iniciativa de que el año 2006 sea declarado año de la Escolanía, con motivo del 50 aniversario de su fundación. Aparte de ayudar a don Carlos, al Coro y al Colegio en todo lo que ha podido… actitud que -sin duda- continúa.
¿Quién será el responsable -pensemos que por omisión o dejadez- si el Colegio y el Coro desaparecen? Sería absolutamente lamentable.
Aunque siempre quedaría el recuerdo imborrable y la ‘herencia’ espiritual y artística de este sacerdote inolvidable.

Vicente Moreno Torres. Granada
(Artículo publicado en Ideal, 6 de Agosto de 2003)

Este Artículo pertenece al libro:

«Escolanía Niños Cantores de la Catedral de
Guadix: 50 años de Historia Musical» que se publicará el año próximo,
con motivo del 50 aniversario.

Autor: José Manuel Baena Herrera

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