El guionista y escritor Fernando Marías participa en el Aula Abentofail del mes de marzo con la ponencia “Autobiografía entre dos películas”

La cita es el próximo 28 de marzo a las ocho de la tarde en el patio del Ayuntamiento de Guadix
El guionista y escritor Fernando Marías será el invitado de la tercera sesión del Aula Abentofail de Poesía y Pensamiento de este 2014. En su visita a nuestra ciudad ofrecerá al público accitano la oportunidad de compartir con él la conferencia “Autobiografía entre dos películas”. La cita es, como siempre, el último viernes del mes (el próximo día 28) a partir de las ocho de la tarde, en esta ocasión en el Patio del Ayuntamiento de Guadix.

Será una ocasión ideal para conocer de primera mano su trayectoria y su obra y para participar en el espacio de debate que se abre siempre al final del Aula de la mano de su director, el también escritor Antonio Enrique. Dirigida precisamente por el escritor Antonio Enrique y organizada desde el área de Cultura del consistorio accitano, el Aula cumple con ésta su sesión número ciento ocho desde que iniciara su trayectoria en el año 1999.

Más datos sobre Fernando Marías

Nacido en Bilbao en 1958, a los diecisiete años de edad se traslada a Madrid para estudiar cinematografía, estableciéndose en esta ciudad de manera
permanente. Su labor en este ámbito comenzó como guionista de televisión, destacando entre sus documentales la serie Páginas ocultas de la historia
en colaboración con el también escritor bilbaíno Juan Bas. Es asimismo autor de los guiones cinematográficos El segundo nombre (2001), La luz prodigiosa (2002) e Invasor (2012), llevadas al cine por Paco Plaza, Miguel Hermoso y Daniel Calparsoro, respectivamente; estos dos guiones últimos, sobre la apoyatura de sendas novelas homónimas: La Luz prodigiosa (1990), con la que arrancó su trayectoria literaria, y que provocó la perplejidad al plantear anfibológicamente la muerte de García Lorca, e Invasor (2004), fusión de thriller político y relato de terror.

Esta noche moriré (1992), Los fabulosos Hombres Película (1998), El niño de los coroneles (2001), La batalla de Matxitxako (2001), La mujer de las alas grises (2003), El mundo se acaba todos los días (2005), Todo el amor y casi toda la muerte (2010) y El silencio se mueve (2010) constituyen los títulos de sus novelas, a los que hay que agregar otras tantas de las denominadas juveniles: El vengador del Rif (2001), Cielo abajo (2005) y Zara y el librero de Bagdad (2008), obras por las que recibió los premios Anaya en 2005, Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2006 y Gran Angular en 2008.

Su trayectoria como novelista de pleno ejercicio literario ha sido reconocida con los premios de novela Ciudad de Barbastro en 1990, Nadal en 2001, Dulce Chacón en 2005 y Ateneo de Sevilla en 2005.

Un texto de Fernando Marías

Marina, de inmediato, tomó personalmente el
mando, y algunas horas después pudieron los
supervivientes comenzar a replegarse. Ciento
cincuenta y tres muertos y quinientos noventa y
nueve heridos, setecientas cincuenta y dos bajas.
Y yo podía haber sido uno de ellos.
Porque, extrañamente hipnotizado por los
hechos, seguí al general Marina durante toda la
jornada. En un momento, sonó un disparo. Estaban
sonando muchos a mi alrededor, pero
solo oí ese… Un día, muchos años después, leí
en alguna parte que un soldado oye con nitidez
el disparo que va a matarlo en medio de la batalla.
Sea cual sea el fragor circundante, sea cual
sea la batalla y sea cual sea el soldado, sean cuales
sean su bando y su rango. Sea cual sea la guerra,
todos los soldados que a lo largo de la historia
han muerto por un disparo lo han oído llegar.
Por eso, y no por otra cosa, se oyen gritos en
una batalla… Son los gritos de terror de los
hombres que oyen venir, nítidamente, la bala
que va a matarlos.
Aquel día no grité. Oí el disparo, pero no grité.
En cambio, el capitán ayudante de Marina sí lo
hizo. La bala lo mató a él, que se hallaba en pie
junto al general y junto a mí, muy cerca de mi
hombro. ¿Gritó de terror porque oyó venir su
bala? ¿O de sorpresa al verse muerto por la bala
que estaba destinada a matarme a mí? Nunca lo
supe. Marina tampoco. Miró a su ayudante
muerto y un dolor recio y sincero atravesó su
mirada cansada. El general –luego oí que había
sido herido leve- también sangraba mientras clavaba
la vista en mí.

De El vengador del Rif, pág. 93

GABINETE DE PRENSA. AYUNTAMIENTO DE GUADIX

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